Ubicado en el corazón de la Antártida, White Desert se encuentra en la región conocida como la Tierra de la Reina Maud, al este del Mar de Weddell. Esta área es famosa por sus vastas extensiones de hielo y paisajes blancos y desolados. Durante la estancia, los visitantes estarán rodeados por nada más que la profundidad de la naturaleza, en uno de los paisajes más extraordinarios y remotos del planeta.
A pesar de su apariencia desolada, White Desert alberga una variedad de vida silvestre adaptada a las duras condiciones de la Antártida. Esto incluye aves marinas, como pingüinos y petreles, así como mamíferos marinos, como focas y ballenas. En cuanto a la flora, debido al clima extremo, la vegetación es limitada y consiste principalmente en líquenes, musgos y algas que crecen en áreas libres de hielo.
¿Cómo visitar White Desert?
White Desert es un destino popular para expediciones científicas y turísticas en la Antártida. Los turistas y aventureros pueden visitar la región en expediciones organizadas que ofrecen la oportunidad de experimentar la belleza natural y la soledad única de este lugar remoto.
Sin embargo, debido a su ubicación extrema y las condiciones climáticas impredecibles, las visitas al White Desert suelen requerir una planificación cuidadosa y logística especializada. La agencia White Desert hace las mejores experiencias pues, además de ser completamente de lujo, solo aceptan a 12 personas por expedición.
“Echo” es uno de sus campamentos que más vale la pena, por el paisaje que lo rodea. Inspirado en la exploración espacial, es lo más cercano que puedes llegar a sentir como si estuvieras fuera del planeta sin salir de la Tierra.
El diseño de la era espacial de los ‘Sky Pods’ hace que parezcan transportados desde Marte. Futuristas y lujosas, las seis habitaciones están creadas a partir de material compuesto con ventanas de piso a techo que permiten a los huéspedes sumergirse en el paisaje lunar más allá. Mientras estés en este campamento podrás hacer desde fat biking ski, hasta ice climbing y skidoo tour.
Debido a su valor ecológico y su importancia como hábitat para la vida silvestre antártica, el White Desert está protegido por el Tratado Antártico y sus protocolos ambientales. Esto significa que cualquier actividad humana en la región, ya sea científica o turística, debe realizarse de manera responsable y respetando las estrictas regulaciones ambientales para minimizar el impacto en el medio ambiente y la vida silvestre.