Los días en los que un safari era un viaje único en la vida han quedado atrás. Ahora hay tantas razones para soñar con tu próxima aventura africana como lugares salvajes para explorar y nuevas formas de hacerlo.
Con la amenaza del cambio climático y todas las miradas puestas en la naturaleza, la urgencia de emprender un safari está en su punto más alto. La buena noticia es que todavía es posible experimentar el África salvaje como era antes: auténtica, vacía y virgen. Explorar una concesión privada dentro de un destino conocido, como el Serengueti, o viajar fuera de las horas pico o de las rutas habituales son formas de escapar de las multitudes. Cuanto más remoto y fuera de la red sea el destino, mayor será la marca que los dólares del turismo tendrán también en los bolsillos locales.
Quizá la razón más importante para comenzar a planificar la próxima aventura es que los lugares salvajes que quedan en África dependen en gran medida del alcance positivo de los viajes responsables para que la conservación aún sea viable. Los viajes, bien hechos, han ayudado a restaurar y ampliar el hábitat de los gorilas de montaña en Ruanda, restablecer corredores migratorios de vida silvestre en Tanzania y financiar a innumerables equipos contra la caza furtiva que protegen especies en peligro crítico de extinción en todo el continente. Sólo cuando las comunidades que viven en los límites de las áreas protegidas se benefician directamente del turismo basado en la naturaleza se vuelve claro el valor de mantener los activos de vida silvestre únicos de África para las generaciones futuras.
Desde escapadas familiares multigeneracionales y viajes de bienestar inmersivos hasta safaris prácticos de conservación y viajes que sustentan proyectos comunitarios y de conservación, éstos son los safaris que vale la pena tener en la mira para tu próximo viaje.
Todo queda en familia
La respuesta a un safari familiar sin estrés está en anticiparse a todo. Por ejemplo, contar con un chef personal, un guía exclusivo, un rastreador y un vehículo privado, y por supuesto la flexibilidad y privacidad que conlleva una villa alejada de todo y de todos. En Thornybush Game Reserve, justo al borde del Parque Nacional Kruger, Africa House en Royal Malewane se ha reinventado con seis palaciegas habitaciones que cuentan con acceso a terrazas privadas con duchas al aire libre. Originalmente éstas eran las casas de descanso de los propietarios. Y de ahí conservan interiores glamurosos, elegantes y llenos de color, diseñados para familias amantes de la diversión que apreciarán el entretenimiento extravagante. Espacios que incluyen una sala de juegos, un horno para pizza al aire libre, un boma (para hacer carne asada bajo las estrellas) y dos piscinas.
Hacer el bien en el delta
Ésta no es una opción barata, pero no hay nada mejor que el delta del Okavango en Botsuana para tener acceso a espacios salvajes y atemporales, y a aventuras transformadoras y que dejen una huella positiva. La compleja red de llanuras aluviales y canales de agua del delta interior, moldeada por la actividad de hipopótamos y elefantes, ofrece una observación excepcional de la vida silvestre, caminatas, paseos en bote y observación de aves.
Natural Selection se ha asociado con comunidades locales propietarias de tierras en la concesión privada de Khwai, que limita con la Reserva de Caza Moremi, para canalizar los esfuerzos hacia la conservación de los fondos obtenidos por sus lujosos campamentos de safari de bajo impacto. Uno de ellos es Tuludi, en medio de las 200,000 hectáreas de llanuras aluviales ricas en caza de Khwai. Sus siete suites tipo tienda de campaña y estilo casa de árbol, aisladas de la red eléctrica, tienen los mejores baños al aire libre de Botsuana, con duchas y románticas bañeras victorianas.
Romance en el río
A pesar de su prolífica vida silvestre, sus guías expertos y sus hermosos paisajes, Zimbabue todavía es un lugar subestimado. Además, es más asequible que la mayoría de los destinos de safari, así que me atrevería a decir que es el secreto mejor guardado de África, especialmente si buscan un safari lento y tiempo para respirar. La base perfecta son las cataratas Matetsi Victoria, a orillas del río Zambeze. El albergue familiar está al centro de un proyecto de conservación que protege una concesión privada de 55,000 hectáreas.
Lo más destacado son los safaris a pie guiados por expertos y los cruceros en barco. Cada estadía ayuda a financiar una serie de proyectos comunitarios y de conservación, incluido un equipo interno contra la caza furtiva. El albergue se divide en dos campamentos íntimos con nueve suites románticas, todas con bañeras diseñadas para dos, piscinas privadas, duchas al aire libre y cenas relajadas junto al río, con la banda sonora de los gruñidos de los hipopótamos y los chillidos del águila pescadora. Como destino de luna de miel, esto proporciona un aterrizaje suave y enriquecedor en el sur de África.
Drama en el desierto
El lujo de la intacta y vacía Reserva Natural NamibRand radica en una selección de actividades inmersivas fuera del vehículo que no suelen asociarse con un safari. Hay animales, muchos de ellos especies adaptadas al desierto, pero aquí vienes para escalar las dunas más altas del mundo en Sossusvlei, apreciar su tamaño desde un helicóptero o un globo aerostático y explorar cuevas llenas de arte rupestre en una bicicleta eléctrica. La reserva tiene el estatus de Cielo Oscuro Internacional, así que contemplar las estrellas es una locura.
La belleza cruda y accidentada del desierto se ha traducido conscientemente en cada aspecto del Sossusvlei Desert Lodge, desde el diseño que combate el clima hasta la comida reconfortante de origen sostenible y que refleja la diversa herencia cultural de Namibia. Las paredes de vidrio se deslizan para amplificar las vistas desde las 10 suites, cada una de las cuales es un refugio privado y autosuficiente con energía solar, una piscina profunda y un minibar lleno de cerveza artesanal local y helado casero.
Selecciones de diseñador
Los mejores interiores de África reflejan un fuerte sentido de pertenencia y defienden el diseño sostenible y artesanal basado en la procedencia local. Tanda Tula Safari Camp, en la subestimada Reserva de Caza Timbavati de Sudáfrica, parte del Gran Kruger, ha reimaginado el safari moderno, descartando viejas referencias coloniales y reemplazando las tiendas de campaña con suites ventiladas y ecológicas ubicadas sobre un amplio lecho de río bordeado por árboles. El entorno es espectacular y la vista del campo está a la altura de su reputación de avistamientos de calidad dirigidos por guías apasionados.
Los toques de color inspirados en la naturaleza y la artesanía local, desde cestería hasta pedrería, añaden originalidad a los espaciosos interiores con influencias modernas de mediados del siglo pasado. Pueden esperar baños llamativos, room service y la bienvenida adición de piscinas privadas. El nuevo atractivo del campamento parece destinado a atraer a un público más joven, que aprecia tanto los extravagantes detalles de diseño locales como el estilo inclusivo de la propiedad y los menús modernos que incorporan productos frescos de origen sostenible, provenientes de pequeñas granjas comandadas por mujeres, que combinan bien con cocteles artesanales.
De manera tradicional
Un campamento de tiendas de campaña es la manera más auténtica de realizar un safari, cerca del suelo y de las vistas y los sonidos de la naturaleza. Dormir bajo una lona nunca ha pasado de moda, especialmente porque es una forma sostenible de tener acceso a entornos remotos con un efecto mínimo en la tierra. El campamento más genial de Kenia es el safari móvil de Angama Mara, con los mismos interiores inspirados en los masáis, soluciones de diseño inteligente y servicio ágil que brinda el albergue principal de Angama, sobre el Great River Valley y con vistas al Mara. Con cuatro tiendas de campaña equipadas con alfombras tejidas a mano, sofás de cuero rojo y shukas masáis de lana pura como colchas, este exclusivo campamento se puede empaquetar en un par de días y reubicarse, dependiendo de la época del año y de dónde se encuentren los animales.
Ser sostenible está hot
Más allá de Hermanus, las colinas cubiertas de fynbos de la Reserva Natural Privada de Grootbos dominan la bahía Walker, donde las ballenas francas australes paren durante los meses de invierno. Hasta la fecha se han identificado en la reserva más de 900 especies de plantas autóctonas pertenecientes al Reino Floral del Cabo y lo más destacado son los safaris florales. Por primera vez en África, un florilegio en el lugar se ha convertido en un tesoro de arte botánico, un registro del alto endemismo y la biodiversidad de las plantas que florecen aquí.
Las familias que se alojen en Garden Lodge, uno de los dos alojamientos contemporáneos con fachada de vidrio y vista al mar, pueden disfrutar recorridos guiados, caminatas, paseos a caballo y exploración de antiguas cuevas marinas. El albergue cuenta con un encantador club infantil con temas de flora y fauna, un spa, una amplia bodega de vinos del propietario y una excelente cocina que sirve magníficos menús de temporada basados en procedencias, que incluyen opciones vegetarianas y veganas. Por medio de su fundación, Grootbos patrocina muchos proyectos de entomología, botánica y ecología, y financia más de 50 iniciativas de empoderamiento comunitario que ha ayudado a establecer en la zona. Toda la reserva es carbon negative desde 2018, un hito de sostenibilidad que muy pocos han logrado.
Evitar la locura migratoria
El Serengueti forma parte del cada vez más transitado circuito de safaris de Tanzania, una ruta que sigue la migración anual de los ñus, un ciclo perpetuo de movimiento que incluye los famosos cruces de ríos en temporada alta en el norte del Serengueti entre julio y octubre, o dependiendo de cuándo llueva. Una forma de evitar las multitudes es reservar un espacio en el Mara River Tented Camp de Singita, que cuenta con seis tiendas de campaña cuidadosamente diseñadas con bañeras al aire libre y vistas al río Mara, en el Triángulo de Lamai del Parque Nacional Serengueti.
La naturaleza es la heroína, aunque el campamento aislado está repleto de llamativos diseños africanos. Enclavado entre el río y la frontera no vallada del Serengueti con el Masai Mara de Kenia, el Lamai es el punto más exclusivo y con menos gente desde el que se puede observar los cruces del río, a menudo frenéticos. También ofrece brillantes avistamientos durante todo el año de topis, gacelas de Thompson, cebras y los depredadores que los siguen. Durante la migración, una opción es mantenerse alejado del parque nacional y registrarse en la Reserva Privada Grumeti de Singita, donde el minimalismo elegante del Sabora Tented Camp, de estilo explorador, los sorprenderá tanto como su entorno remoto, con praderas de sabana que se extienden hasta donde el ojo puede ver.