Después de los ajustes que vivió la industria aeronáutica al regresar a la normalidad en los vuelos, con maletas perdidas incluidas, en 2023 las cosas mejorarán aunque quizá no tanto como quisiéramos. Eso sí, los viajeros latinoamericanos no experimentamos los problemas logísticos en los vuelos que enfrentaron (y enfrentan todavía) Europa y Estados Unidos.
Una de las principales razones que afectaron los vuelos en esas regiones fue el recorte en las plantillas de las aerolíneas y los aeropuertos, algo que no es tan simple de resolver, como lo explica la IATA: “el tiempo que se requiere para reclutar, entrenar, revisar antecedentes y realizar otros procesos necesarios antes de que el personal esté listo para el trabajo está resultando en un reto para la industria. En algunos casos, estas demoras en la contratación de personal están impidiendo que las aerolíneas puedan cumplir la demanda de los pasajeros”.
No todo son cancelaciones
Pero no todo es negro para la industria: con la pandemia hubo también algunos sectores que se vieron beneficiados, como la aviación privada. Para los viajeros de estatus alto, la alternativa de la aviación privada ofrece mayor control sobre sus itinerarios.
Otras de las tendencias, que es más clara en América Latina, pero que se pronostica que continuará expandiéndose en el resto del mundo, es el éxito de las aerolíneas de bajo coste –Fly Bondi, Jet Smart, Norwegian Argentina, Sky Airline, Viva Aerobus, Viva Air y Volaris son los actores en el sector latinoamericano– y el de las consolidaciones por medio de alianzas para unir fuerzas: Asiana y Korean Air, TAP con el conglomerado de Air France y KLM, y Kenya Airways con South African Airlines.
Para muchos, América Latina es el mercado que está dictando el camino de la industria y uno de los pocos que todavía tiene gran capacidad de crecer. No por nada, éste es el tercer mercado más importante para las largas distancias, con Air France e Iberia a la cabeza por venta de asientos.
Una recomendación: estar atentos a las promociones que invariablemente irán surgiendo con el regreso o la apertura de nuevas rutas.
*[OB1] Con datos de IATA y Skift.
Qué sí y qué no en 2023
Elige, siempre que sea posible, vuelos directos. Si vas a considerar una escala, hazlo siempre con la misma compañía. Combinar distintas aerolíneas puede salir más barato, pero nadie se hará responsable si pierdes tu conexión y en muchos aeropuertos eso significa también cambiar de terminales y perder tiempo.
No factures equipaje a menos de que sea absolutamente necesario. Si documentas, compra un AirTag para poder rastrear tus maletas.
Conoce los beneficios de tu tarjeta de crédito, muchas ofrecen seguros de viaje al pagar con ellas tus boletos y así te aseguras de tener un colchón en caso de cualquier imprevisto.
Da mucha flojera, pero siempre elige el primer vuelo de la mañana; si hay alguna cancelación, tienes todo el día para tomar otra opción. Además, los equipos para estos vuelos suelen llegar la noche anterior, por lo que tienen menos cancelaciones.
Muchas de las rutas canceladas por la pandemia ya están de vuelta. Éste es el momento de aprovechar y conseguir un buen deal. Es el caso de los vuelos directos a Roma y Tokio de Aeroméxico.
Olvídate de los aviones y aprovecha los trenes. Especialmente en Europa, un tren es la manera más eficiente de desplazarse.
Hoy más que nunca, una opción diferente es anotarse a viajes en los que no existe el tráfico ni el estrés: desde algunas de las rutas del Camino de Santiago hasta la Vía Francígena, que conecta con Roma. Este tipo de travesías garantiza un ritmo muy diferente y la posibilidad de conectar en otro nivel con el destino y sus habitantes.