“La Ciudad de México es muy atractiva en términos de gastronomía, arquitectura, actividades incluso al aire libre, y es bastante accesible específicamente para turistas que perciben sus ingresos en moneda extranjera”, inicia Mary Gaby Hubard, editora y host del segundo episodio del Foro Travesías presentado por Audi.
Como explica Hubard, ahora estamos en un punto de inflexión, en el que tenemos una oferta al nivel de las grandes capitales del mundo y precios -en proporción- bastante bajos, debido al tipo de cambio.
Esto ha creado las condiciones ideales para que crezca el turismo en la capital (entre otras ciudades del país), aunque este crecimiento inusitado incide en las raíces mismas de la cultura local, en nuestras costumbres y en la forma en que la ciudad se adapta a los gustos de los visitantes.
En otras palabras: no existe intercambio cultural que no modifique tanto al viajero como a quien lo recibe y es sobre este fenómeno que versó la plática, que tuvo por invitados a Norma Listman y Saqib Keval, quienes están al frente de los restaurantes Masala y Maíz y Mari Gold y Agnes Ignacio, Head Concierge del Four Seasons de la Ciudad de México.
Un cambio evidente
Listman cuenta que la proporción de extranjeros y nacionales en sus proyectos es diversa: “En Masala tenemos un 60% de extranjeros y 40% de nacionales, y en Mari Gold es al revés. Yo creo que esos números son por el tiempo que tiene abierto cada restaurante, pero también por las zonas en las que están. Mari Gold está en la San Miguel Chapultepec, así que tenemos un flujo grande de vecinos, y Masala y Maíz está en la Juárez. Nos dimos cuenta, de hecho cuando movimos al restaurante de la San Miguel a la Juárez, que se disparó el número de comensales y de extranjeros”.
Agnes Ignacio cuenta que en el Four Seasons de CDMX, el porcentaje de extranjeros suele ser de alrededor del 80% y que, curiosamente, esta cifra no sufrió modificaciones durante la pandemia ni en la actualidad.
Las zonas clave que atraen a los extranjeros
Más allá de la fama que ha ganado Masala y Maíz en el extranjero al ser incluido en reviews y listas de revistas gastronómica, es un hecho que la ubicación influye.
Colonias como la Condesa, la Juárez, la Roma y la Cuauhtémoc han vivido un repunte en su oferta de hospitalidad y gastronomía, así como de vida nocturna. Por lo mismo, son zonas que se han vuelto particularmente atractivas para los extranjeros, ya sean turistas o nómadas digitales.
Al respecto, Hubard comentó que, según datos del INEGI, en el mes de junio de 2022 llegaron a CDMX en 2022, 3.3 millones de visitantes y que en su mayoría provenían de Estados Unidos.
La pandemia incidió en que muchos vecinos del norte optaran por México dada la flexibilidad para ingresar al país y las facilidades para establecerse en forma temporal. De ahí surge la pregunta inevitable, ¿ese incremento es percibido en la industria?
“Sí. Y es un tipo de turista muy visible”, responde Saqib Keval, “se ven en todos lados, llegan en grupos grandes, eso es algo que ha cambiado estos últimos dos años”. Los tours gastronómicos están a la orden del día.
“De repente nos llegan camiones pidiendo mesa para 20, además la Ciudad de México se ha convertido en un destino para bodas, por lo que algo que nos está pasando que no ocurría antes es que vienen a hacer despedidas de solteros”.
Norma Listman
Agnes Ignacio sostiene lo mismo y cuenta que entre las peticiones más frecuentes están Xochimilco, pero también un tour por bares desconocidos: la visión del insider sigue siendo valiosa para el turismo extranjero.
Estar sin estar: ¿dónde está el sentido de comunidad?
Estar en la industria de la hospitalidad implica estar abierto y receptivo a las necesidades de cada persona, pero también a los usos y costumbres de cada cultura. Sin embargo, uno de los fenómenos que se están dando, es el de hacer reservaciones de varios días en un mismo restaurante para asistir sólo uno.
“La mayoría de los viajeros, que no trabajan en la industria de la hospitalidad, desconocen lo que implica el no show”.
Mary Gaby Hubard
Las consecuencias van desde desperdicio de alimentos, menos propinas para los trabajadores, y una larga lista que termina por afectar a toda la cadena productiva de la industria.
Pero, ¿a qué se debe este descuido por parte de los viajeros? Para Saqib Keval, tiene que ver con un sentimiento de pertenencia a la comunidad, algo que con frecuencia no percibimos al estar fuera de nuestro lugar de origen, aun cuando permanecemos en esos sitios por largos periodos de tiempo.
El efecto “Instagram”
Un tema que surgió en la conversación fue el modo en que viajamos, de alguna manera, presionados por mostrar y por sentir que hemos cumplido con un “deber”. ¿Cuál?, el de haber visitado los sitios recomendados por las listas, de comer en los restaurantes que sugirió determinado medio o influencer. Y sobre todo, mostrarlo.
“Creo que ese tipo de viajes no te permiten disfrutar. Parte de nuestra tradición como mexicanos es sentarnos, disfrutar de la compañía, hacer la sobremesa, pero no. Se siente como si fuera una competencia de ‘tengo que demostrar que estuve en todos estos lugares”.
Norma Listman
Este tema, para Hubard, “es parte de no preguntarse por qué lo estás haciendo, cuál es el motivo detrás de esa compulsión. Es como una ansiedad por estar en todos lados”.
De alguna forma, ya sea por influencia de las redes, por las listas de recomendaciones de medios o influencers, por FOMO, o por el efecto post-pandemia (del encierro), algo queda claro: muchos viajeros están perdiendo el placer de dejarse llevar por el destino, de seguir sus propios deseos a la hora de elegir qué hacer, dónde comer y qué ver. Y también de salir de las rutas típicas y seguir los consejos de los locales para disfrutar realmente del lugar que visitan.
La diversidad de viajeros es la norma
La conclusión en esta plática es que, por un lado, no existe un sólo tipo de nuevo viajero. Están los extranjeros que aún quedándose en la ciudad pocos días procuran al menos saludar en español, los nómadas digitales que no buscan integrarse al entorno que visitan, los que aman recorrer México y descubrir su riqueza cultural y gastronómica con espíritu aventurero y los que se rigen por el mandato de las redes sociales.
Por otro lado, queda claro que en ese ir y venir, en ese intercambio cultural, la ciudad también se modifica y el reto es mantener la cultura local lo más fiel a su origen, sin ceder a los gustos y preferencias de los nómadas digitales.
La incidencia de este tipo de viajero en la oferta que se crea para satisfacerlos es un hecho, pero puede ser equilibrado por quienes formamos parte de la comunidad.
Y por último, que lo importante es seguir siendo el México abierto, innovador y hospitalario que, por algo, se ha ganado históricamente la fama de ser uno de los mejores destinos para viajar.