El día de hoy, la nave Starliner de Boeing despegó con éxito en su primer vuelo de prueba, marcando un día histórico y desbloqueando un nuevo nivel en la industria de los viajes comerciales al espacio. Este acontecimiento destaca los esfuerzos de Boeing por competir en el mercado de transporte espacial tripulado.
Todo empezó en la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en Florida. A bordo de la cápsula viajaron los astronautas de la NASA Butch Wilmore y Suni Williams. Su destino: la Estación Espacial Internacional (EEI).
La misión, nombrada Crew Flight Test, es la suma de esfuerzos de Boeing para desarrollar una nave espacial competitiva con la cápsula Crew Dragon de SpaceX. Este vuelo es parte del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, que busca fomentar la colaboración con socios de la industria privada. Bill Nelson, administrador de la NASA, destacó que este vuelo es el sexto viaje inaugural de una nave espacial tripulada en la historia de Estados Unidos, siguiendo los pasos de Mercury, Gemini, Apollo, el transbordador espacial y la cápsula Dragon de SpaceX.
Los astronautas pasarán poco más de 24 horas viajando en la nave espacial. Tras su llegada, Wilmore y Williams pasarán ocho días en el laboratorio en órbita, uniéndose a los siete astronautas ya a bordo. Algo importante a mencionar es que la Starliner lleva una bomba para reparar el procesador de orina de la estación espacial, crucial para el sistema de recuperación de agua.
El desarrollo de la Starliner ha enfrentado numerosos retrasos y problemas, incluyendo dos intentos de lanzamiento fallidos, los pasados 6 de mayo y el 1 de junio. Problemas con una válvula en la segunda etapa del cohete Atlas V y una fuga de helio en el módulo de servicio de la nave espacial fueron algunos de los desafíos superados.
Además, durante el intento de lanzamiento del 6 de mayo, una retención automática fue activada debido a un problema con una de las computadoras que controlan el cohete.
Pero, finalmente hoy pudo despegar y con este logro, Boeing se posiciona clave en el transporte espacial tripulado, ampliando las opciones de Estados Unidos para llevar astronautas a la estación espacial y abriendo nuevas oportunidades para la colaboración entre la NASA y la industria privada.