La imagen más romántica del Mediterráneo vive en estos pueblos pesqueros, con sus paredes de colores, las barcas que regresan al atardecer y las grandes montañas que se encuentran con el mar. Todo eso que prevalece en el inconsciente colectivo, aquí es una realidad. Mucho tiene que ver con que varias de las postales más memorables del Mediterráneo italiano se encuentran en esta región. Por ejemplo, las famosas bahías de Cinque Terre, que ya hemos visto hasta el cansancio en Instagram y, aun así, siguen pareciéndonos una imagen falsa.
Sin embargo, más allá de los inverosímiles fondos de pantalla, Liguria es una región llena de cultura, buena comida y playas que aún son un secreto reservado sólo a los marineros locales.
¿Qué hacer?
La capital de la región y su puerta de entrada más común es la ciudad de Génova. Alguna vez fue uno de los puertos comerciales más importantes de Europa y todo ese legado la hace un destino particularmente interesante. Desde sitios históricos como la casa de Colón hasta el centro cultural del Palacio Ducal, con galerías, cine al aire libre y tiendas. Justamente, Liguria es famosa por la bahía de Portofino. sus majestuosas plazas renacentistas que se extienden hasta algunas de las mejores playas del Mediterráneo, pero eso no se limita sólo a Génova.
Otras de las ciudades ligures más famosas, mitificadas por la cultura popular y el lujo, pueden ser San Remo, donde todos los años sucede el legendario Festival de la Canción y es uno de los lugares más amigables para el ciclismo urbano en Europa, o Portofino, que de tanto lujo incluso hay un Ferrari que lleva su nombre y donde el gobierno local ha sido de los más interesados en frenar las consecuencias del turismo masivo, con medidas como una “multa a las selfis”.
Aunque quizá no son las más famosas, las playas de Liguria no le piden nada a otras de la región. En la solitaria costa de Varigotti puede encontrarse una calma que no pertenece al Mediterráneo. Por otro lado, las multitudes en las bahías de La Spezia o Camogli son una experiencia de auténtica cultura italiana.
¿Dónde quedarse?
La industria de la hospitalidad aprovecha el millonario pasado de Liguria y algunos de sus edificios más ostentosos que se han adaptado como hoteles, como los gigantescos Royal Hotel San Remo o el Grand Hotel Miramare, ambos con sus clubes de playa típicos de la Riviera italiana y años de historia. En Portofino, por otro lado, se han abierto opciones más tipo boutique, como Splendido, de Belmond, o Villa Rosmarino, que vigilan el Mediterráneo desde las montañas.
¿Qué comer?
En esta porción de costa hay nombres que reconocemos de toda la vida y recetas tradicionales que se han vuelto universales, como la focaccia y el pesto, absoluto orgullo local. La tierra en Liguria puede ser complicada y su cocina ha tenido que inventar este tipo de recetas, en apariencia básicas, sin mucha proteína, pero llenas de sabor.
Otros casos de éxito son los pansoti, un tipo de ravioles ligures sin carne, o las sopas de legumbres de La Spezia. Más allá de las trattorias o las panaderías de Via San Lorenzo, en Génova, la comida típica también se perpetúa y reinventa en locales modernos como Luchin o Il Marin, ambos en la capital ligur. La Brinca, en el pequeño pueblo de Ne, también es una parada obligada.
¿Qué beber?
La fama de las uvas de Liguria no se extiende mucho más allá de sus costas, pero entre su producción local hay algunas denominaciones de origen apreciadas por quienes más saben: la Sciacchetrà de Cinque Terre o la Lumassina de la provincia de Savona. Sola Enoteca, en Génova, es un gran sitio para adentrarse en la extensa y muy peculiar variedad vitivinícola de Liguria, con degustaciones y etiquetas locales.