Entre la frontera de México y Estados Unidos se encuentra el río Grande, el cual tiene una curva muy prominente, casi en U, que le da nombre al Parque Nacional de Texas: Big Bend, un oasis escondido en el desierto de Chihuahua,a cinco horas en auto de El Paso, Texas.
En pocos lugares de Estados Unidos puedes perderte en casi 3200 kilómetros cuadrados de montañas, ríos y desiertos, razón por la cual se le considera como “tres parques en uno”. Impáctate con la altura de sus cañones al recorrer el río en kayak o hacer rappel. Recorre sus valles a caballo o en sus rutas de senderismo y descubre vistas inimaginables en las rutas de bicicleta de montaña.
Por la noche, este hermoso lugar brinda la oportunidad de ver estrellas, constelaciones y hasta la vía láctea (cuando no hay luz de luna). De hecho, en 2012, Big Bend recibió la acreditación de Parque Internacional de Cielo Oscuro y se mantiene bajo la protección de la belleza de los cielos estrellados en el mundo, por lo que acampar es una de las actividades favoritas de quienes lo visitan.
Si el viajero busca la aventura sin sacrificar la comodidad, hay hoteles como el Lajitas Golf Resort, con restaurantes de lujo, un campo de golf de 18 hoyos e incluso un santuario de aves para escucharlas cantar. Para codearse con las celebridades que visitan el parque, hay que hospedarse en Hotel Saint George, en Marfa, un pequeño pueblo de tan sólo 2 000 habitantes ubicado muy cerca del parque. Una de las atracciones principales: la famosa instalación Prada Marfa, en medio del desierto.
Cualquiera que sea el objetivo al visitar este parque nacional y sus alrededores, siempre habrá razón para regresar. Ya sea por el contraste de las montañas de Chisos o por la fauna protegida, que incluye 450 tipos de aves, osos negros, águilas reales y correcaminos.

Para más información, visita TravelTexas.mx / FB e Instagram: @TravelTexasMX
TEXAS TRAVESÍAS