Los rincones cafetaleros abundan en México y hay regiones específicas que son reconocidas entre los amantes del café por dar un grano excepcional. Son destinos perfectos para acercarse al proceso artesanal de su producción y volverlo a conocer desde sus raíces.
En este viaje, el café se volvió un pretexto para conocer México y, al mismo tiempo, los caminos mexicanos nos guiaron para entender más sobre el café. En un recorrido por tres estados del país, paseamos entre cultivos y estuvimos en contacto con la tierra. Aquí conocimos de primera mano los pasos que llevan a esta bebida a las mesas del país y nos volvimos a encontrar con sabores y olores que despiertan la familiaridad en nuestros sentidos.
Primera parada: Veracruz, para sabores afrutados
Las montañas de Veracruz nos recibieron entre una espesa naturaleza, detrás de la que se escondía el verdadero tesoro de esta región: su café. La humedad y las lluvias que caen en las alturas generan las condiciones necesarias para un grano que sólo puede darse aquí. Y es que el café de Veracruz se distingue de entre los demás por las intensas notas frutales que llegan en cada trago.
Desde los tiempos de la Colonia, productores de todo el estado han subido a la sierra buscando este particular sabor. Por las complicaciones del terreno, la mayoría de las fincas nunca han excedido grandes tamaños y la producción no deja de ser artesanal.
Recorriendo los sembradíos pudimos ver las primeras etapas de este proceso. Estaban, por un lado, las semillas más jóvenes, recién plantadas, que aún no podían dar cosecha. Todavía tendrían que esperar algunos años para ver sus primeros frutos. Pero, también las plantas maduras, que ya habían alcanzado instancias de cosecha.
Los productores iban recorriendo el terreno, seleccionando cuidadosamente los frutos que estaban listos para cosecharse, observando su color. Si la cereza del café, que contiene los granos, toma un color rojizo, entonces puede recogerse. Aquellas que aún no están maduras, se dejan intactas para cosecharse más adelante.
Todo el proceso de selección se hace a mano, siguiendo estándares artesanales y evitando que se pierda la calidad del producto final. Así, aunque el café baje de las montañas, sigue manteniendo el característico sabor que puedes probar en cada taza del nuevo NESCAFÉ® RESERVA VERARICA®.
Aún lejos de Veracruz, esta presentación de NESCAFÉ® RESERVA, la línea de café que enaltece los sabores del grano mexicano, puede transportarte en un viaje hasta las montañas cafetaleras. Todo sin salir de tu cocina.
Chiapas: de la madera a la taza
Sería imposible pensar en una ruta cafetalera por México y no parar en Chiapas, el estado donde más se produce café a nivel nacional y cuyo sabor se ha hecho famoso incluso en el resto del mundo.
Las fincas se reparten por todo el estado, que goza de condiciones inmejorables para crecer granos únicos en su tipo, que darán un café de sabor particularmente amaderado. Los expertos coinciden en que este efecto es el resultado de sus ricos suelos volcánicos y el clima cálido de su cercanía con el Ecuador.
En Chiapas, pudimos llegar a tiempo para observar el despulpado de los frutos, cuando se extrae el grano de la cereza de café, después de su cosecha. Aquí, el proceso artesanal se mantuvo. A un costado del verdor de la finca, productores retiran todas las capas de pulpa que envuelven las semillas.
Además de que les servía como otro control de calidad, aún después de haber filtrado los frutos verdes, hacerlo a mano, también les garantiza un producto más suave, de apariencia y consistencia uniforme.
El café como lo conocemos estaba casi listo. Sin embargo, aún faltaba la que quizá es la fase más importante de todo el proceso: el tueste. Para esto, los productores tomaron el grano que previamente habían limpiado a mano, conocido como grano verde, y lo introdujeron a unos hornos, de donde después salieron con un color oscuro que pudimos reconocer de inmediato.
Esta parte del proceso es importante para definir y exaltar las notas del café, que en el caso de Chiapas resalta por su sabor amaderado, tal y como se puede apreciar en una taza del nuevo NESCAFÉ® RESERVA XIAPAN®.
Esta variedad de NESCAFÉ® RESERVA se crea a partir de una mezcla de granos de Chiapas, para llevar en un frasco toda la tradición de la cultura cafetalera del estado en un café soluble premium, ideal para empezar cualquier día.
Una última parada
Decidimos terminar nuestro recorrido buscando el complemento perfecto de una taza humeante de café. Atraídos por el inevitable olor de la panadería, terminamos dando con una de las muchas joyas gastronómicas de México y el desayuno local por excelencia al sureste de la República: el pan de yema. Su sabor dulce es lo primero que llama la atención al paladar. Sin embargo, su delicada preparación, que, como su nombre indica, se basa en numerosas yemas de huevo, tiene como resultado una textura extremadamente suave y “aireada”, además de un característico color naranja.
Todo eso lo hace la receta perfecta para complementar con una taza de NESCAFÉ® RESERVA en cualquiera de sus dos variantes, VERARICA® de las montañas de Veracruz o XIAPAN® de las fincas de Chiapas.