El paisaje de la Ciudad de México está dominado por montañas y cerros, al menos cuando los días despejados lo permiten. Pero, quizá con excepción de los ejemplos más célebres –los volcanes del Ajusco, el Popocatépetl y su vecino Iztaccíhuatl–, la mayoría de las veces no sabemos qué es exactamente lo que vemos. Normalmente nos limitamos a adivinar y, en medio de una orografía tan compleja, probablemente nos equivocamos.
Después de todo, la Ciudad de México está dentro de un valle, rodeada por sierras, cadenas montañosas y volcanes. De estos últimos hay varios y, aunque no lo parezca, incluso irrumpen en los límites de la ciudad. De hecho, hay quienes viven a sus faldas o a veces hasta en sus alturas, tal vez sin saberlo. Inactivos desde hace millones de años, su erosión moldeó el terreno de la ciudad y ahora pueden confundirse con cerros comunes y corrientes. Pero, de ninguna manera lo son.
Estas formaciones geológicas se han vuelto parte de la ciudad y la vida de sus residentes. Por si fuera poco, también esconden desafiantes trails, ideales para una escapada a la naturaleza y son buenas opciones para quienes aman el senderismo. Estos son los volcanes secretos e inactivos dentro de la Ciudad de México.
El Pelado
Al sur de la ciudad, justo antes de llegar a Morelos, se levanta este cerro, conocido como El Pelado. Hasta hace 10 mil años era un volcán activo cuya erupción resultó en un monte de poco más de 180 metros de altura y 1029 metros de diámetro.
Casi toda la superficie de El Pelado está cubierta por un denso bosque de encinos y pinos, con excepción de una de sus caras que sufrió la pérdida de su población vegetal por una plaga, de ahí el nombre de “El Pelado”.
Aunque es posible llegar hasta su cráter, hay que hacer una caminata de más o menos cuatro kilómetros desde la carretera libre a Cuernavaca (el camino más cercano al volcán), y después emprender el ascenso que, de por sí, no es precisamente fácil.
Xaltepec
Justo en el límite entre las alcaldías Iztapalapa y Tláhuac se encuentra el Xaltepec: uno de los volcanes que forman la Sierra de Santa Catarina, al oriente de la Ciudad de México.
Se cree que estuvo activo hace más de 65 millones de años y hoy su cumbre alcanza los 2,567 metros sobre el nivel del mar, un gran mirador natural para contemplar la inmensidad de concreto en esta parte de la ciudad.
Cuautzin
Este es uno de los volcanes más altos de la Ciudad de México. Forma parte de la sierra del Ajusco y alcanza los 3,490 metros sobre el nivel del mar y la altura de la base hasta el cráter es de cerca de 500 metros.
Su ascenso es un auténtico reto, pero la vista desde la cumbre lo recompensa. En lo alto se puede observar todo el panorama del sur de la Ciudad de México.
Teuhtli
Este volcán, también al sur de la Ciudad de México, bordea tres diferentes alcaldías: Xochimilco, Milpa Alta y Tláhuac. Es una región famosa por su tierra fértil, algo que probablemente está relacionado con la erupción del Teuhtli, hace aproximadamente 10 mil años.
Su cumbre alcanza una altura de 2,710 metros sobre el nivel del mar y, muy cerca de varias poblaciones, como San Gregorio o Santiago Tulyehualco, hay varias rutas para subir hasta el cráter. De hecho, la que llega por Milpa Alta no toma más de media hora y también podrás entrar en alguna de las cuevas que se formaron en el sistema volcánico.
Chichinautzin
El área que rodea este volcán, al sur de la Ciudad de México, es particularmente popular por su diversa vida silvestre y vegetal. Justo a un costado del Tepozteco, en el límite con la Ciudad, es un bosque con lagunas, encinos y más de 200 especies de aves.
La cumbre del volcán asciende hasta los 3,430 metros sobre el nivel del mar. Es posible llegar hasta su cráter en caminatas no muy largas desde el Ajusco o el Tepozteco. Lo mejor de este trayecto es que podrás caminar sobre los caminos de piedra volcánica que fue formando la lava cuando el Chichinautzin hizo erupción.
Guadalupe
El volcán Guadalupe es el punto más alto de las alcaldías de Iztapalapa y Tláhuac, dentro de las que se divide. Forma parte de la sierra de Santa Catarina y en sus laderas se han establecido varios barrios populares, es el caso de Santa Catarina Yecahuízotl y San Miguel Teotongo.
Su cumbre alcanza los 2,820 metros sobre el nivel del mar. Además, sus reservas de agua de lluvia constituyen una fuente natural de abastecimiento de agua muy importante para el oriente de la ciudad, que sufre constantemente por el suministro.