¿A dónde viajábamos los mexicanos en 2019 y a dónde vamos ahora?

No es ninguna sorpresa que actualmente se escuche más inglés en algunos barrios de Ciudad de México que en 2019, año que, para fines de este artículo, tomaremos como “prepandemia”. México no sólo se convirtió en un destino de workation perfecto para los nómadas digitales que buscan un lugar “bueno, bonito y barato”, sino en uno de los pocos en ofrecer cierto grado de libertad de tránsito y una variedad generosa de entretenimiento, descanso y gastronomía para sibaritas.

A medida que cerraban las fronteras en otros países y se gestaban controles de todo tipo (incluido el famoso “pasaporte Covid”), en el nuestro se optó por un control epidemiológico basado en un semáforo que cambiaba según el grado de ocupación de camas en terapia intensiva y la consecuente disponibilidad de espacios para atender emergencias (básicamente).

Y si bien la pandemia no ha terminado, al menos no de manera oficial ni de la misma forma en todo el mundo, podríamos decir que en México estamos más cerca de 2019 que de 2020 en cuanto al volumen de viajeros, en parte gracias a la estrategia masiva de vacunación, pero también con una colonia Roma en la que nunca se habían visto tantas aperturas de comercios, restaurantes y cafés en tan corto tiempo; con una Condesa hiperconectada para quienes buscan trabajar a distancia, y, entre muchas otras cosas, con el plan de renovar y expandir el que fue elegido en 2019 por World Urban Parks como el mejor parque del mundo: Chapultepec.

Pero no todo se debe a la ola de extranjeros en la ciudad. Según la Official Airline Guide (OAG), Ciudad de México recibirá 55,737 vuelos nacionales, con 9,660,000 asientos en 2022. En comparación con los 64,401 vuelos, con 8,930,000 pasajeros de 2019, la diferencia es de 13.4 % menos vuelos nacionales (no tan desdeñable si recordamos los escenarios catastróficos de 2020). En todo el país, entre enero y febrero de 2022, se registraron 7,364,000 pasajeros transportados en vuelos nacionales, cifra 49.5 % superior a 2021 y a tan sólo 3.1 % de alcanzar los niveles de 2019.

Los destinos con mayor proyección

¿Qué se estima que sí crecerá en 2022? Los destinos de playa. Si bien Quintana Roo es el rey indiscutible en cuanto al arribo de viajeros internacionales, se tiene previsto que Cancún reciba 56,951 vuelos nacionales con 10,505,000 asientos en 2022, un aumento de 15 % respecto a los vuelos nacionales que llegaban a la ciudad antes de la pandemia.

Pronto, esa cifra se va a compartir con el nuevo Aeropuerto Internacional de Tulúm, el segundo proyecto turístico más importante de la región —el primero es uno de los más polémicos de la historia reciente—, dejando atrás sus días de pequeño sitio pesquero y abrazando su, de por sí, personalidad de ciudad-rave, potenciada al volverse el destino por excelencia de turistas extranjeros durante la pandemia.

Otras playas que tienen previsto recibir más turistas nacionales este año que en 2019 son San José del Cabo (16,301 vuelos nacionales para 2022, contra 12,921 en 2019) y Puerto Vallarta (13,174 vuelos nacionales para 2022, contra 11,053 en 2019).

Pero si hay una playa que se dinamitó durante la pandemia, es Puerto Escondido. De 2019 a 2022, Puerto Escondido —en particular Punta Pájaros, esa franja costera de playas ahora semivírgenes— vio la apertura de Terrestre, Kakurega Omakase, Bar Cobarde, El Papelillo, Casa Sforza, Casa Cosmos y, más al sur, en San Agustinillo, Monte Uzulu (por nombrar algunos lugares). Un crecimiento que parece tener más potencial, pues la eterna promesa de la autopista que une los valles de Oaxaca con su costa en tan sólo un par de horas —en lugar del sinuoso camino que atraviesa la sierra en poco más de seis horas— tiene una nueva (supuesta) fecha de inauguración: agosto de 2022. Si de por sí la capital de Oaxaca está en su momento pico, esta combinación la volvería el destino perfecto para una escapada de Semana Santa.

¿Este año viajamos más o menos que en 2019?

En México, quizá el mejor termómetro para saber si la gente está viajando o no es, precisamente, Semana Santa. Para entender qué tan grave llegó a ser la situación, el aforo vehicular en 2020 durante este periodo vacacional fue de 11.8 millones de cruces, 46.1 % menor que el de 2019, según Caminos y Puentes Federales (Capufe).

Para 2022 se tenía esperado un aforo mayor de 23 millones de cruces, un mínimo pero importante crecimiento respecto a 2019, cuando el total fue de 22.9 millones.

¿Y a dónde más tenemos planeado viajar dentro de México?

De acuerdo con un estudio realizado por Despegar, una de las plataformas con más presencia en Latinoamérica, los destinos más buscados por los mexicanos para Semana Santa este año fueron Cancún, Acapulco, Mazatlán, Monterrey, Guadalajara, Puerto Vallarta y Tijuana.

Por otro lado, los que mostraron mayor crecimiento en búsquedas fueron Nuevo Vallarta, con un aumento de 36 % para hospedaje, y Los Cabos, con un incremento de 26 % en cuanto a paquetes de viaje.

Esto no sorprende, pues la Secretaría de Turismo afirmó que la mayor inversión en hotelería para 2022 está en Nayarit, Ciudad de México, Baja California Sur, Yucatán, Quintana Roo y Guerrero. Sólo uno de ellos no tiene acceso al mar.

Si estos pequeños y medianos destinos están por convertirse en un ejemplo de desarrollo sostenible, o en un caso más de un pequeño pueblo convertido en una amalgama de no sé qué, aún está por verse. Si algo es seguro es que, con o sin pandemia, el mexicano buscó, busca y, aparentemente, buscará la playa.