Entrar a Hércules es como entrar a otra época. Esta propiedad ubicada en Querétaro, específicamente en el barrio de Hércules, de donde viene el nombre del hotel y la cervecería, lleva más de 200 años de pie y ha sido testigo de guerras, crisis y huelgas. Es un hito en la historia de la Revolución Industrial en México, un emblema de la vocación obrera en donde han trabajado varias generaciones y hoy emplea alrededor de 400 personas.
La cervecería
Su historia comenzó en 1846 con la inauguración de la Fábrica de Hilos y Tejidos “El Hércules”. Mucho tiempo después, en 2011, con la fábrica textilera aún funcionando, nació la idea de fundar Cervecería Hércules gracias a la pasión e interés que los fundadores tenían por la cerveza y con la misión de ofrecer un producto fresco elaborado con los mejores ingredientes, rescatando métodos tradicionales y estilos históricos.
Fue así como en una de las naves de la fábrica comenzó un sueño que en 2013 lanzó su primer tanque de cerveza Blonde Ale. Hoy, su cerveza ha recibido varios premios internacionales dentro de los que destacan una medalla de bronce en la Copa Mundial de Cerveza 2022.
Hércules es un microcosmos de cerveza que abarca todo lo que era la textilera y que se ha convertido en un destino por sí solo. Un proyecto que alberga un jardín de cerveza, un salón de baile, un taller de diseño textil, estudios de arquitectura, fotografía y arte, y varios locales de empresas queretanas.
Hotel Hércules abre sus puertas
El Hotel Hércules es la calma dentro de un ambiente cervecero y lleno de movimiento. Su color palo de rosa hace alusión al grano rosa que rodea las montañas y la zona de Querétaro. La estatua de Hércules sobre una fuente rodeada de olivos, es lo primero con lo que se encuentran los invitados, y que los remonta directamente a los años 50. El muro detrás de ella es uno de los más antiguos de toda la fábrica, se dice que lo levantaron en el año de 1836 e incluso antecede a la construcción del resto de la propiedad. Los dueños del lugar aseguran que era una de las “naves” más importantes de la fábrica y que hoy es una torre donde los huéspedes pueden tomar un trago mientras contemplan la vista o escuchan las manecillas del reloj que se ha establecido hasta arriba de la construcción.
Conformado por 40 habitaciones, todas distintas entre ellas, recorrer la propiedad de Hércules, es como viajar por distintas épocas históricas: la alberca, también conocida como “Buenavista”, está inspirada en los años 60 de Acapulco, mientras que los cuartos son mucho más apegados al estilo de una hacienda con aires de elegancia.
En cuanto a la propuesta gastronómica del lugar, todo está a cargo del chef Santiago Migoya. Es muy variada y hemos de decir que con una excelente gestión detrás pues todo se hace en casa: tortillas, maíz, salchichas, mostaza, catsup y el servicio es rápido y cálido.
El restaurante del hotel, Comedor, sirve desayunos, comidas y cenas. La carta está basada en una propuesta básica de tacos estilo gourmet en donde podrás encontrar desde sopas o entradas ligeras hasta platillos un poco más completos como la pesca del día. ¿Nuestros favoritos? El pan francés en la mañana, la pesca del día al mole verde a medio día y el taco de queso y frijol por la noche.
También puedes visitar “La Fábrica” donde se encuentra el Jardín Hércules, uno de los mayores atractivos de la propiedad. El ambiente es tan desenfadado y el servicio tan cálido, que llegan personas de todas las edades y en distintos planes: familias, amigos del trabajo, parejas, gente mayor a tomar un café y alguna botana. Es un lugar completamente abierto con de distintos tamaños que te invitan a quedarte a una larga sobremesa. Es un tradicional “Biergarten” que nació con el propósito de invitar a los clientes a disfrutar de la cerveza más fresca posible, mientras conviven y conocen la comunidad que se ha creado con el paso de los años. Su carta está conformada por platillos mexicanos y de inspiración alemana, donde las pizzas son las más pedidas pero el chamorro a la cerveza y sus salchichas currywüst, de verdad, son imperdibles.
Lo mejor es que para tener un buen plan nocturno no necesitas salir del lugar. “Salón Salvaje”, un salón de baile que propone diferentes géneros musicales y en donde semanalmente hacen conciertos con bandas de nicho mexicanas e internacionales, así como DJs que aman el formato de vinilo.
Por último, el spa es un espacio que hasta hace unos años se dedicaba a la manufactura industrial y hoy es un espacio completamente renovado y enfocado a la relajación. Matorral fue el estudio de paisajismo encargado de llenar el lugar de plantas endémicas del cerro queretano. Encontrarás piletas de agua, vapor, sauna, baño turco y varias salas de masaje en donde algunos de sus tratamientos están elaborados con los lúpulos de la cerveza.
Hércules está cerca de la CDMX pero te hace sentir lejos de la rutina, en cada esquina hay cerveza, su comida es deliciosa, hay pequeñas tienditas donde venden igual productos de belleza que comida o café y puedes aprender de los expertos cerveceros todos los procesos que conlleva crear tu chela favorita.