¿Cómo competir contra la velocidad de un avión? Actualmente, el tren más rápido alcanza los 603 kilómetros por hora, mientras que la velocidad crucero de un avión comercial promedio es de 800 a 900. Sin embargo, la revolución de Hyperloop promete cambiar esto en los próximos años.
Una de las diferencias más importantes entre ambos medios de transporte son las condiciones en las que pasan la mayor parte de su trayecto. A diferencia de un tren, que está sujeto al suelo y a los distintos factores que le pueden perjudicar (lluvia, viento, derrumbes, etc.), el avión se encuentra en un ambiente más aislado en el que prácticamente su único adversario es el viento, la causa de las turbulencias. Al viajar dentro de un tubo enorme de baja presión, el Hyperloop elimina casi toda la fricción (más cuando el tren flota gracias a la levitación magnética) suprimiendo cualquier factor —incluso al conductor— que suponga un contratiempo.
Uno de los elementos clave es el motor eléctrico lineal, que le permitirá alcanzar una velocidad máxima estimada de 1 080 kilómetros por hora en un sistema automatizado, por lo que no habría retrasos. Básicamente es un tren bala más rápido, ecológico y barato con condiciones atmosféricas mejores a las de un avión.
“Sería genial tener una alternativa a volar o conducir, pero obviamente sólo si en realidad es mejor que volar o conducir”, escribió Elon Musk en agosto de 2013 en Hyperloop Alpha, un documento en el que muestra su “decepción” al haberse aprobado un tren de alta velocidad de Los Ángeles a San Francisco, en lugar de encontrar una mejor alternativa en la actual “meca de la tecnología”. Shervin Pishevar, empresario estadounidense, le presentó dicho documento al entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Al ver la apertura de apoyo por parte del gobierno, Pishevar abrió en junio de 2014 su compañía Hyperloop Technologies Inc. al mayor estilo californiano: en un garage. Desde entonces, el avance ha sido tan rápido como el tren que proponen.
En mayo de 2016 se anunció el lanzamiento del concurso Hyperloop One Global Challenge, “una oportunidad para individuos, empresas y gobiernos de desarrollar propuestas competitivas para usar la tecnología de Hyperloop One en corredores de transporte de su región”. Diez proyectos fueron seleccionados ganadores de entre más de 2 600 propuestas. El haber sido seleccionado no quiere decir que se asegure la construcción del tren, sino que los equipos (el de Virgin Hyperloop One y los ganadores) trabajarán de cerca para ver si las siguientes rutas son comercialmente viables o no.
Si bien los proyectos aún están en papel y queda mucho por hacer, la compañía augura que la primera ruta estará funcionando en 2021. La idea es conectar toda una región convirtiendo así las ciudades en una especie de paradas de metro en una “hyper ciudad” en la que —en el proyecto mexicano, por ejemplo— uno pueda vivir en Guadalajara y trabajar en la Ciudad de México.