La llegada del otoño representa, para muchas culturas, un cambio determinante. En Suecia se cree que es la temporada en la que vienen el Señor del Viento y los trolls de la limpieza, la reflexión y la sanación lo acompañan, en otras palabras: se trata de un momento de metamorfosis.
Esta transición también se ve en los bosques, el cambio de la temperatura y el de la duración de los días llevan al final del proceso de producción de alimento para las plantas, la clorofila se descompone y el color de las hojas de los árboles pasa del verde al amarillo, morado, rojo y ocre, entre otras tonalidades.
El color amarillo es producido por los carotenoides, el mismo componente que tiñe a las zanahorias, mientras que los rojos y morados se dan gracias a las antocianinas, un componente que nace cuando el azúcar de las hojas se descompone.
Carolina del Norte y Tennesse
En el Great Smoky Mountains National Park de Carolina del Norte las hojas de los árboles cambian de coloración desde mediados de septiembre. Este parque alberga más de 100 especies de árboles nativos y, en su mayoría, son caducifolios, es decir que pierden sus hojas con el cambio de estación cálida a fría.
El clima se torna frío y húmedo, por lo que los primeros árboles en anunciar el otoño son el arce de montaña, el abedul amarillo y el haya americana.
En octubre los árboles que están a 1,200 metros de altura sobre el nivel del mar empiezan la transición y es posible admirarlos haciendo un roadtrip por Blue Ridge Parkway o Foothills Parkway. Para principios de noviembre, todo el parque se tiñe de tonos otoñales diferentes; las hojas amarillas contrastan con las moradas y combinan perfectamente con los laureles de montaña y las azaleas flameadas. A tal punto llega la belleza de esta metamorfosis tonal que el parque ofrece rutas de senderismo diseñadas con base en sus colores.
Quebec
Además de los diferentes tonos de amarillo, en Laurentian Mountains en Quebec puedes sentir el aroma a maple que sueltan las hojas viejas.
Los pinos, abetos y enebros conforman gran parte del bosque; sin embargo, los árboles caducifolios, como los fresnos de montaña, los arces y los abedules de papel son los protagonistas durante el otoño.
La mejor temporada para visitarlo y pasear por sus senderos es de mediados de septiembre a mediados de octubre. El clima es frío, pero no tanto, y las actividades alrededor de las montañas son más disfrutables.
Aquí, además, puedes disfrutar de varias experiencias, desde un recorrido en helicóptero hasta una excursión entre los cultivos para cosechar calabazas y uvas que después disfrutarás de un brunch en la Bodega Rivière du Chêne.
Argentina
Uno de los lugares más alejados del mundo es Los Glaciares Parque Nacional en Santa Cruz, Argentina. Aquí los bosques de Magallanes o bosques patagónicos fríos ofrecen un espectáculo natural durante el otoño.
Las hayas se tornan de un color oro brillante, contrastando con el azul templado de las orillas de los lagos, mientras que los pastos cojín subantárticos decoran los picos de los glaciares.
Los árboles más llamativos son la lenga, mejor conocida como roble de Tierra del Fuego, el ñire -la haya antártica- y el coihue, otro tipo de roble; las hojas de estas tres especies cambian de color durante el otoño adoptando tonalidades rojizas.
En un recorrido por esta región es posible avistar especies como el cóndor andino y el ñandú.
Chile
En la Patagonia chilena el Parque Nacional Torres del Paine es conocido por el contraste de los glaciares y las altas montañas.
Aquí el terreno está cubierto por matorrales preandinos, lengas y estepas patagónicas, que combinadas con las flores como el notro (rojas), capachito (naranjas) y las arvejilla (lilas), crean una escenografía casi fantástica en temporada de otoño. Los matorrales y árboles cambian de color durante la temporada y antes de que comience el invierno, el blanco brillante de los glaciares ilumina el ámbar del bosque.
Para visitar el Parque Nacional Torres del Paine y hacer cualquier recorrido es recomendable contratar un tour -como los sugeridos por la página oficial del parque- y reservar con anticipación el hospedaje.
Algunas de las rutas más sorprendentes es el Circuito W, la Laguna de los Patos, el Cerro Espada y el mirador del Glaciar Grey, que coinciden con los puntos donde el color del otoño cobra mayor significado.