En medio de un caos de transporte que parece estar dominado por el retraso de vuelos y el surgimiento de delicadas aerolíneas de bajo costo, los viajeros han volteado a ver a los trenes como la mejor alternativa para trasladarse.
No es sorpresa que, a principios de este año, Europa abriera más rutas de trenes nocturnos y que Francia eliminara los vuelos cortos que cuentan con una alternativa en tren de menos de dos horas y media.
Otro indicio de que los trenes están de vuelta es el esperado regreso del suntuoso Orient Express para 2024, aquel tren icónico que conectó a los viajeros de París a Estambul entre 1883 y 1977 y que redefinió el concepto de los viajes de lujo.
Este tren cubría un trayecto de casi 2,800 km y paraba en importantes urbes europeas como Múnich, Viena o Budapest.
Resistió durante una semana a la tormenta de nieve que lo dejó varado en las montañas de Turquía en 1929. Transportó reyes, diplomáticos, estrellas de cine y escritores –e inspiró una de las más icónicas novelas de misterio de todos los tiempos.
Actualmente, en pleno siglo XXI y tras años de abandono, una serie de 17 vagones fue recuperada gracias a herramientas tan triviales como YouTube y Google Maps y está lista para ser restaurada y volver a las vías justo a tiempo para los próximos Juegos Olímpicos de París.
El regreso del Orient-Express: de la intemperie en Polonia a su relanzamiento en Francia
Después de su viaje final el 20 de mayo de 1977, el paradero del Orient Express fue un tanto difuso. Un empresario suizo recuperó el tren Nostalgie-Istanbul-Orient-Express.
En 1992 dicho tren recorrió una ruta sin precedentes de París a Tokio, aunque sus viajes subsecuentes no lograron traer de vuelta la esencia original del tren. Eventualmente, dejó de circular y el Orient Express quedó en la memoria como el estandarte de los viajes de lujo.
En 2015, el historiador francés Arthur Mettetal se propuso rastrearlo. Partió de un video que un viajero había subido a YouTube, donde hizo acercamientos hasta los más borrosos detalles, entre ellos un letrero que se veía a través de una ventana.
Descifró el nombre de Malaszewicze, una estación al este de Polonia, en la frontera con Bielorrusia. Lo siguiente fue hacer una búsqueda aérea mediante Google Maps hasta identificar los techos claros de los 17 vagones del Nostalgie-Istanbul.
Llegar a él fue un recorrido que bien valió la pena, pues el historiador, acompañado de un traductor, un fotógrafo y el vicepresidente de Orient Express, se llevaron una enorme sorpresa: el interior –marquetería y cristalería originales con motivos de aves y uvas– estaba en perfecto estado a pesar de que el tren llevaba varado en ese sitio alrededor de una década.
Así fue como, en 2018, los vagones fueron readquiridos por Orient Express y trasladados a Francia para ser renovados bajo los más altos estándares del lujo contemporáneo.
¿Qué esperar del nuevo tren Orient Express?
El megaproyecto de regresar a la vida al Nostalgie-Istanbul-Orient-Express está a cargo del arquitecto Maxime d’Agnac, un reconocido restaurador francés (quien es el talento detrás de la restauración de la Maison Guerlain en el corazón de París).
El objetivo es dotar al tren con lo mejor del lujo contemporáneo sin dejar de lado la comodidad y el estilo original art déco de los años 20 y 30. Con ayuda de los más capaces artesanos franceses, d’Agnac renovará los 17 vagones de este tren, que consisten de 12 coches cama, un restaurante, tres salones y un furgón.
Cabe mencionar que el relanzamiento del Orient Express no se limitará a reanudar la ruta del tren original, sino que también se inaugurará el tren Orient Express La Dolce Vita. Y, por si fuera poco, la compañía anunció la apertura en 2024 de diversos hoteles de lujo: Orient Express La Minerva, en Roma, y Orient Express Palazzo Donà Giovannelli, en Venecia, así como el inicio del proyecto de un hotel en Riyadh, en primer alojamiento del grupo en Medio Oriente.