Al contrario de lo que la mayoría de las personas creen, en México no es del todo imposible realizar la fantasía de un invierno blanco. Aunque en otros lugares del país prácticamente no se percibe el cambio de estaciones y en otros más bien encontramos un verano permanente, hay ciertos destinos en México donde se puede ver nieve e incluso esquiar para disfrutar al máximo de la temporada.
Entre las primeras semanas del año, justo cuando las temperaturas del invierno llegan a su punto más bajo, estos destinos se cubren de blanco, creando paisajes que podrían confundirse con los de otros lugares, pero que en realidad están México. En algunos casos, de hecho, tampoco hay que ir demasiado lejos de grandes ciudades como la CDMX, Monterrey o Durango.
Creel, Chihuahua
Este lugar es famoso por su ubicación privilegiada, en medio de las Barrancas del Cobre, y por ser la primera parada del famoso Chepe Express, pero una de las mejores formas de visitarlo es cuando está cubierto de nieve.
La temporada de nevadas en la zona dura poco más de tres meses, desde finales de noviembre hasta principios de marzo y, si tienes suerte de estar a bordo del tren en invierno, podrás llevarte postales inigualables de los acantilados que se forman en la sierra.
Si lo que buscas son vistas panorámicas, durante tu parada en Creel podrás subir al teleférico más grande de Latinoamérica y desde ahí tener la mejor vista de unas Barrancas pintadas de blanco. También puedes aprovechar para conocer el Lago Areko, a unos minutos del pueblo, o el Parque Nacional de las Cascadas, donde se encuentra la cascada Basaseachi de 256 metros de altura.
La Malinche, Puebla y Tlaxcala
Uno de los únicos lugares cercanos a la Ciudad de México donde se puede ver nieve, el volcán de la Malinche es un destino imperdible para quienes buscan aventura y naturaleza sin recorrer más de 200 km. Localizado justo en la línea que divide Puebla y Tlaxcala, subir hasta su cumbre, la cuarta más alta de México, es una oportunidad para ver nieve y paisajes espectaculares.
El recorrido, es importante decirlo, requiere de cierta preparación y condición física. Es un trayecto largo, con algunas pendientes que pueden volverlo complicado. Sin embargo, la recompensa está entre el mar de encinos y oyameles que de pronto cederá, casi sin anunciarse, para dar paso al paisaje rocoso y nevado del volcán.
Mexiquillo, Durango
Justo en el camino entre Mazatlán y Durango, a poco más de dos horas en coche desde ambas ciudades, está el Parque Natural de Mexiquillo. Dentro de las 13,475 hectáreas que recorren la Sierra Madre Occidental se forman varios microclimas, dependiendo de la altura y la estación del año. Sin embargo, el invierno en la zona es un espectáculo único por la espesa capa de nieve que cubre sus bosques.
Además de ser uno de los pocos lugares donde se puede ver nieve en el país, Mexiquillo tiene otros atractivos como sus miradores de la sierra y cascadas, algunas con caídas de hasta 20 metros. Es posible acampar en el parque, pero durante la temporada de nieve lo mejor es quedarse en alguna cabaña.
Monterreal, Coahuila
Ubicado en la Sierra de Arteaga, a tan sólo dos horas de Monterrey, se encuentra este pueblo, famoso por sus pistas de esquí. Así como lees, en Monterreal es posible esquiar en pistas de hasta 230 metros de largo y ni siquiera es necesario esperar a que caiga nieve, ya que algunas son artificiales y están adaptadas para practicar todo el año.
Sin embargo, lo mejor es llegar en invierno y quedarse en el complejo turístico del parque para ver como la nieve cubre los bosques de Coahuila. Monterreal es el único lugar de México donde puedes esquiar, lo que lo hace un destino imperdible para quienes buscan aventura y paisajes en el mismo viaje.