En el imaginario, México es uno de los países que gozan de uno de los mejores climas; playas despejadas y ciudades soleadas frecuentemente dominan la publicidad turística. Pero poco se difunde respecto a la época invernal, cuando doce de los estados de la República se cubren de nieve y los termómetros descienden varios grados bajo cero, brindando un paisaje opuesto al normalizado.
Las localidades ubicadas en el norte del país y a por lo menos dos mil metros de altitud son candidatas para pasar inviernos fríos. En especial la Sierra Madre Occidental, puesto que suele ser la entrada de los frentes fríos que bajan desde Canadá y Estados Unidos cada invierno.
Ya sea por su latitud, ubicación geográfica u orografía, a continuación mostramos los lugares más fríos de México, que, vale la pena recordar, son también atractivos destinos para estas vacaciones de fin de año.
Monterreal, Coahuila
En el municipio de Arteaga, a una hora de Saltillo o a 2:30 horas de Monterrey, existe un sitio conocido como “La Suiza de México”, en especial cuando la temperatura baja hasta -5 grados y el paisaje es blanco.
Y es que basta con echar un vistazo alrededor y rodearse con el ambiente alpino del complejo turístico Bosques de Monterreal para comprobarlo.
En este sitio, ideal para pasar unas vacaciones familiares, se pueden encontrar pendientes para practicar esquí, deslizarse en un trineo y hospedarse en pintorescas cabañas.
Creel, Chihuahua
Este pueblo mágico en la Sierra Madre Occidental está invariablemente ligado al ferrocarril. Anteriormente la parada término del ferrocarril Kansas City, hoy esta localidad forma parte de la ruta del icónico tren de pasajeros Chepe.
Quienes visitan Creel durante el invierno podrán disfrutar del horizonte nevado de las Barrancas del Cobre (la temperatura promedio en enero es de cinco grados bajo cero), así como realizar actividades al aire libre y conocer la cultura rarámuri a través de sus artesanías. A Creel también se puede llegar desde Chihuahua, tras un recorrido de 3:30 horas en auto.
La Rosilla, Durango
También llamado coloquialmente “el congelador de México”, este pueblo es hogar de menos de 200 habitantes. Se encuentra a más de 3,000 metros de altitud en un rincón del norte de Durango, al que es necesario manejar unas 7 horas ya sea desde Torreón o la ciudad de Durango. En este sitio las nevadas son frecuentes y la temperatura ha descendido hasta los -25 grados, aunque en promedio, en enero, es de -7.
Madera, Chihuahua
Como su nombre lo indica, si algo abunda alrededor de este sitio es la madera y los bosques.
Localizada en la Sierra Tarahumara, dicha pequeña ciudad es una de las que más se cubre de nieve en todo el país. Aquí, el invierno dura varios meses, desde noviembre hasta abril, y las temperaturas descienden hasta los -27 grados (en 2012 se registró una helada récord de -42 grados).
Desde Chihuahua, Madera se encuentra a unas 3:30 horas, pero hay que manejar con mucha precaución, pues es común que la carretera se congele.
Parque Nacional Izta-Popo
En esta Reserva de la Biosfera de la UNESCO no hace frío por su latitud sino por su altitud. Con una extensión de 40 hectáreas en la Sierra Nevada, dicho parque nacional comprende dos altas cumbres: los volcanes Popocatépetl (5,426 m) e Iztaccíhuatl (5,230).
En los meses de invierno, es recurrente que el Popocatépetl amanezca cubierto de blanco en la cima y ofrezca una vista sin igual a las ciudades de los alrededores. Ya sea desde CDMX, Cuernavaca o Puebla, al Parque Nacional Izta-Popo se llega en aproximadamente dos horas en auto.
Aunque no está permitido escalar el Popocatépetl debido a su actividad volcánica, los amantes del senderismo y de alpinismo pueden caminar por el Paso de Cortés –apto para todos– o bien ascender las inclinadas pendientes del Iztaccíhuatl.
Eso sí, con equipo a prueba de frío para resistir la temperatura glacial que rebasa los -10 grados en invierno. Cabe mencionar que, en una excursión al Iztaccíhuatl, los más experimentados podían llegar hasta el glaciar Ayoloco; sin embargo, este se declaró extinto en 2021.