La Metropolitana nació como un estudio de diseño industrial en 2008. Según Rodrigo Escobedo, uno de los fundadores y director creativo de la marca, luego de acabar los estudios en la Universidad Centro, él y sus socios, Mauricio Guerrero y Alejandro Gutiérrez, se encontraron entre la posibilidad de ingresar a una empresa o crear algo propio.
Esto último los llevó a trabajar en todas las disciplinas asociadas con el diseño: “Al inicio era casi un proyecto universitario. Hacíamos lo que nos pedían, desde barras, escenografías teatrales, museografías y stands hasta un proyecto de arquitectura”.
Sin embargo, a medida que se daban a conocer como creadores de mobiliario e interiorismo para la industria de la hospitalidad, surgió la idea de dedicarse exclusivamente al diseño de muebles.
La elección no fue accidental: antes que diseño industrial, Escobedo estudió laudería (la fabricación de instrumentos de cuerda) y llevaba en las venas el amor por la carpintería. El paso de ese oficio al diseño de mobiliario, al que se dedica actualmente, fue natural.
“Aquí encontré una de mis máximas pasiones donde he podido, junto con el equipo, consolidar un catálogo de muchos objetos, técnicas y tipologías, y eso es lo que nos empieza a distinguir como marca”.
Rodrigo Escobedo
Amor por el oficio
En La Metropolitana se valoran las tradiciones del oficio, sobre todo la materia prima, la madera en su totalidad, desde el árbol mismo como forma de vida hasta sus posibilidades como material sustentable.
Aunque sus referencias en cuanto al diseño sean escandinavas y del norte de Europa, donde se rigen por la premisa de “la forma sigue a la función”, para La Metropolitana, en términos de mobiliario, el objetivo no se queda ahí, ya que, por encima de esos conceptos, el uso responsable del material y el valor de lo artesanal imperan sobre la funcionalidad.
Escobedo explica que no se trata de hacer muchos diseños diferenciados por la forma, sino de jugar con un par de diseños elementales, como el de la pieza más básica del mobiliario, la silla, a partir de la cual experimentan con diversas morfologías. Esto se ve con claridad en piezas como la silla C Lounge, de roble mexicano, o la silla SK tejida con yute, entre otras.
El valor universal de lo local
Hace cinco años, a Escobedo se le presentó la oportunidad de trabajar por una temporada con una compañía japonesa que elabora productos de madera con técnicas antiguas.
“En Japón me volví a encontrar con esta historia de los flujos vivos humanos, las tradiciones que van viajando a través de nosotros y evolucionando conforme evolucionamos”.
Rodrigo Escobedo
“De lo que me doy cuenta hoy –comenta el diseñador–, es que [el diseño] va más allá de la regionalización, Italia, Japón, etc., de quienes podríamos decir ‘esas tradiciones les pertenecen’; en realidad nos pertenecen, porque somos humanidad”.
Ese acervo universal de tradiciones converge en un diseño distintivamente mexicano y eso es lo más representativo de La Metropolitana.