Desde 1976, los Premios Rolex a la Iniciativa forman parte de la Iniciativa Perpetual Planet y han otorgado un reconocimiento a quienes transforman vidas y comunidades enteras para construir un mejor planeta para todos. Siguiendo los valores de calidad, ingenio, determinación y el espíritu emprendedor que ha impulsado a la compañía desde sus inicios, en Travesías presentamos esta serie de Guardianes del Planeta, con perfiles de socios y laureados con Premios Rolex a la Iniciativa.
¿Cómo conocemos las rutas migratorias de los cetáceos? Sabemos tan poco de los océanos que cabe preguntarse cómo obtuvimos información sobre la manera en que las ballenas y otras criaturas marinas viajan kilómetros y kilómetros. Una pista para obtener esta respuesta puede estar en el trabajo de organizaciones como Menkab. Desde 2010, esta asociación se dedica a la investigación científica, la concientización sobre los ecosistemas marinos y la protección medioambiental, actividades para las que cuenta con el apoyo de Rolex, que con su Iniciativa Perpetual Planet impulsa la labor científica de exploradores que enfocan sus esfuerzos en preservar y proteger nuestro planeta.
La base de las actividades de Menkab es el mar de Liguria, un brazo del Mediterráneo entre la isla de Córcega y la Riviera italiana. Se trata de una región tan hermosa, tan incuestionablemente paradisiaca, que atrae a innumerables turistas y, frente a sus costas, bajo la superficie del agua, a una cantidad igual de asombrosa de criaturas marinas.
La región bulle de vida. De hecho, cuando el actual coordinador científico de Menkab, Biagio Violi, se embarcó por primera vez con la asociación, hace ya una década, avistó un cachalote en los primeros 10 minutos. Desde entonces, el equipo ha podido identificar una asombrosa diversidad de fauna: ocho especies de cetáceos, entre ellas, imponentes ballenas de aleta –el segundo animal más grande del mundo– y zifios, además de delfines nariz de botella y listados, así como calamares que, ocultos en profundidades de hasta un kilómetro, son alimento de los cachalotes, los cuales en esta zona alcanzan unos 13 metros de longitud.
El equipo científico, dirigido por Giulia Calogero, presidenta de la organización Menkab, recorre incansablemente la región conocida como Santuario de Pelagos: 87,500 kilómetros cuadrados de área protegida por parte de Francia, Italia y Mónaco. Sólo en 2022 hicieron 38 recorridos para averiguar el estado de salud de los animales y su hábitat, así como sus movimientos y el tamaño de sus poblaciones. Se valen de micrófonos sumergibles para escuchar sus vocalizaciones y, cuando las condiciones lo permiten, toman fotografías, ejemplar por ejemplar. Porque, claro, aunque es sumamente importante identificar las especies que habitan o atraviesan la región, también es necesario censar a los individuos, para así entender su comportamiento y sus hábitos migratorios.
El equipo científico registra rasgos que identifiquen a los cetáceos, como la forma de las aletas o patrones moteados, pero también –y he aquí la otra cara de la moneda– las cicatrices producto de capturas accidentales en redes de pesca o por colisiones con grandes barcos. Gracias a estas observaciones se han hecho hallazgos importantes: diversas ballenas han sido avistadas por colegas en regiones tan distantes como la isla de Isquia, en el mar Tirreno, Islandia, las Indias Occidentales o el mar Caribe. Sólo el registro profuso, el deseo de comprender y la agudeza de la observación pueden ayudarnos a develar, como en este caso, misterios tan complejos como las rutas migratorias e incluso los hábitos reproductivos de los cetáceos. Calogero asegura que los cetáceos son inteligentes y adaptables, lo que los capacita para vivir en proximidad con el ser humano y, sin embargo, también los hace susceptibles a accidentes, a ingerir plásticos o entrar en contacto con contaminantes.
El equipo de Menkab tiene como una de sus prioridades dar a conocer la riqueza que vive debajo de la superficie del agua, de manera que no sólo la comunidad científica, sino también los visitantes y las nuevas generaciones –aquellas que heredarán el cuidado de esta región– reconozcan la importancia de preservar el mar de Liguria a perpetuidad. Si bien la asociación ha establecido alianzas con universidades italianas y del resto del mundo para fortalecer el registro de cetáceos, la visión a futuro está en actividades educativas, las cuales van desde la limpieza de playas hasta el uso de un robot que se puede operar desde la superficie del agua para que jóvenes estudiantes observen por sí mismos el mundo marino y su riqueza. Menkab involucra a unos mil estudiantes cada año en sus proyectos de investigación y muchos de ellos quedan tan entusiasmados que buscan seguir formándose en temas de biología marina.
Menkab, una palabra de origen árabe, es el nombre de la estrella que, en la constelación de Cetus (la ballena), representa el espiráculo, el orificio mediante el cual los cetáceos respiran. El fundador del grupo que hoy investiga la vida del mar de Liguria, Maurizio Würtz, eligió este nombre porque toca el corazón del proyecto: la libertad, la respiración, la seguridad de los cetáceos al prosperar en su entorno natural.