PASSION PROJECT
Si de por sí llegar a Bocas es toda una hazaña, conseguir dormir en este palafito en una isla privada sobre el mar Caribe es un verdadero logro. No se trata de un hotel, sino de una casa que se renta completa y que ofrece lujos inimaginables, incluidos los alimentos —Annick, la dueña de este proyecto, está al pendiente de que todo funcione—. Pero no todo es pasarse el día en una hamaca, el interior de la provincia es una selva rica en flora y fauna, mientras que las islas están rodeadas de abundante vida marina que puede explorarse esnorqueleando o buceando.
Personaje clave
La historia de Sweet Boca es resultado de la experiencia de su dueña, Annick Belanger (seleccionada olímpica canadiense de natación). Nació en Montreal, se crió en África y viajó mucho tiempo por Europa con sus padres, para después enamorarse del Caribe.
Número de habitaciones
Cuenta con 7 habitaciones.
Platillo
La langosta recién pescada.
Bebida
La margarita que prepara la bartender argentina.
Detalle
Las sábanas, colchas y cojines fueron confeccionados en Perú e India.
Lo imperdible
Sentarse en la hamaca confeccionada en Brasil y relajarse viendo el color turquesa del mar.
40 minutos desde Panamá en avión para llegar a la isla privada.
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Este hotel forma parte del especial 52 Hoteles de Travesías
Ett Hem, un hotel de Suecia con ambiente hogareño
Mercer Sevilla, un palacete de 1880
Villa La Coste, un hotel italiano antiguo con tintes contemporáneos