La complejidad de una escultura de gran formato radica en el manejo y control del espacio. En la forma, altura, anchura y profundidad, para no deformar el objeto representado y ocupar un espacio público de la mejor manera posible.
Los materiales para crear una obra de gran tamaño van desde la madera hasta llegar el hierro forjado. Todo depende de la selección del artista y de las condiciones climáticas a las que se enfrentará la obra.
Los espacios abiertos al público o las salas de exposición dentro de los museos son algunos sitios donde es posible contemplar este tipo de arte y estas son algunas de las esculturas de gran formato por las que vale la pena viajar.
Una oda a mi madre – Louis Bourgeois
La artista francesa Louis Bourgeois plasmó en una escultura de gran formato en forma de araña lo protectora que era su madre.
“Las arañas son presencias amistosas que se comen los mosquitos. Sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y son por ello indeseables. De esta forma, las arañas son útiles y protectoras, como mi madre”.
– Louis Bourgeois
Mamá (1999) es una escultura de gran formato que ha recorrido el mundo entero. Creada especialmente para la inauguración de la Sala de Turbinas de la Tate Modern en mayo de 2000 se convirtió en uno de los trabajos más representativos de Bourgeois. Casi nueve metros de altura, una estructura de tórax y abdomen hecha de bronce estriado y 10 huevos de mármol en el vientre.
Metafóricamente la araña representa actividades (hilar, tejer, proteger y alimentar) que honran la memoria de su madre. La obra actualmente se encuentra a las afueras del museo Guggenheim de Bilbao.
El frijol de Chicago
Esta es la escultura de gran formato más popular de Chicago. El artista detrás de este peculiar frijol es el británico Anish Kappor y el nombre de la obra maestra es Cloud Gate.
Kapoor se inspiró en el mercurio líquido para crear su primera obra pública permanente al aire libre, ubicada en Estados Unidos. Para la construcción se utilizaron 168 placas de acero inoxidable cortadas de formas precisas para que el ensamblaje fuera un como un rompecabezas. El arco central mide tres metros de altura y tiene una puerta que dirige hacia la parte cóncava de la escultura, por esto, Kapoor la nombró Cloud Gate.
Con más de 20 metros de largo, 10 metros de alto y con la piel brillante que la cubre permite que los visitantes interactúen con ella y vean su reflejo -y el de la ciudad- desde distintos ángulos.
La obra fue creada en 2006 y patrocinada por los donativos que recibió el Millennium Park Foundation. Cloud Gate se encuentra en AT&T Plaza del Millennium Park en el centro de Chicago.
Una calabaza punteada
Yayoi Kusama es una de las artistas contemporáneas más conocidas de Japón y del mundo y es que su arte se caracteriza por saturar lienzos y espacios con patrones repetitivos.
En 1994 Kusama presentó en Naoshima, la isla del arte, una de sus esculturas a gran escala: una calabaza amarilla con lunares negros. Desde esa época y hasta 2021 recibió a miles de visitantes, pero fue entonces cuando un fuerte tifón la arrastró al océano y la obra sigue en reparación hasta ahora.
Actualmente hay una réplica en la segunda planta del Museo de Arte de Fukuoka, que mide más de un metro de altura y más de dos metros de diámetro.
Por suerte y para los amantes de las obras psicodélicas de la artista, en Japón se encuentran otras calabazas de gran formato para visitar. A un costado de la estación de ferry de Naoshima se encuentra una calabaza gigante de color rojo, es lo suficientemente grande como para estar de pie dentro de ella y está anclada al suelo.
La escultura surrealista
Les Voyageurs, del artista francés Bruno Catalano, es una obra conformada por 10 piezas de figuras humanas hechas de bronce, a las que les falta alguna parte del cuerpo. Esto con la intención de representar el vacío que puede tener una persona cuando debe dejar su casa, sus raíces y su tierra por cualquier razón. Lo impresionante de las esculturas es que parecen estar apoyadas en un soporte muy ligero, dejando volar -todavía más- a la imaginación de los espectadores.
El artista dio a conocer su obra en 2013 para celebrar que la Unión Europea nombró a Marsella como la Capital Europea de la Cultura. Ese mismo año, solamente 10 piezas fueron exhibidas en el puerto de Marsella donde todavía es posible visitarlas.
Un juego de niños
Conocido por su gran cachorro de tulipanes y sus perritos que asemejan una figura de globos gigantes, el escultor, empresario y pintor estadounidense Jeff Koons ha viajado por todo el mundo gracias a sus obras.
Balloon Dogs (1994) es la obra maestra de Koons y forma parte de la serie Celebration presentada en el mismo año. Con 20 esculturas de gran formato y 15 pinturas el artista nos transporta a un lugar nostálgico de la infancia y lo celebra de manera monumental, en toda la extensión de la palabra.
Las piezas están hechas de acero inoxidable y una capa traslúcida de colores brillantes. Tulipanes 1995-2004 también forma parte de la serie Celebration y es posible verla en The Broad, Los Ángeles.
La obra Puppy, 1997 es una exhibición permanente en el Guggenheim Museum Bilbao.