Dedicado al arte y a resolver problemas matemáticos avanzados en su época, Leonardo Da Vinci no podía quedarse atrás en el ámbito arquitectónico.
Su historia en la arquitectura comenzó con bocetos de espacios y ciudades enteras, pero no fue hasta la finalización de la catedral de Milán que pudo acercarse un poco más al gremio. Aquí, y siguiendo el estilo gótico de la gran obra, Leonardo presentó una propuesta para la cúpula, pero ésta fue rechazada.
Trabajos colaborativos
En una carta escrita por él mismo y enviada al duque de Milán Ludovico Sforza, Leonardo se describe a sí mismo como un arquitecto experimentado, ingeniero militar e ingeniero hidráulico.
En ésta aseguró tener planos y proyectos de puentes, castillos, armas, artillería y, que además, ocuparía el tiempo de paz para crear esculturas de mármol, bronce y arcilla; sin olvidar la pintura. También, aseguró que podría quedarse a cargo del popular caballo de bronce que el duque quería.
Sforza no pudo negarse y aceptó a Leonardo, quien terminó fungiendo un papel de asesor en las obras que el duque deseaba. En 1494 hizo un boceto de una escalera de 25 escalones con medida de dos tercios de una braccia de alto y ocho braccia de ancho -cada braccia mide alrededor de 1.82 metros-.
Los años siguientes, Da Vinci aprendió y creció como arquitecto mientras se relacionaba con otros arquitectos reconocidos en esa época: Francesco di Giorgio, quien participó en la construcción del Palacio Ducal de Urbino; Giuliano da Sangallo, arquitecto que colaboró en la creación de la Basílica de San Pedro; Giovanni Antonio Amadeo, ingeniero que asistió en la construcción de la Catedral de Milán, y Luca Fancelli, encargado de realizar la tumba del príncipe Juan de Aragón.
Con la influencia de estos arquitectos y artistas, Leonardo reforzó su técnica y logró establecer un estilo único: la vista en perspectiva; además, claro, de plasmar la solución a problemas técnicos y artísticos.
Da Vinci, con sus bocetos y apuntes, destacó la importancia del espacio público y de las cuestiones socioeconómicas, también expuso que las ciudades deben ser espacios donde los habitantes se sientan seguros.
¿Dónde ver sus obras arquitectónicas?
Aunque no se le atribuyen directamente las obras arquitectónicas, sí se cree que tiene una influencia muy directa en dos obras muy importantes, pues éstas son exactamente iguales a los bocetos hechos a lápiz que Da Vinci dejó.
La doble hélice de las dos escaleras de caracol permite que una persona que está subiendo vea, al mismo tiempo, a otra que está bajando y nunca se encuentren.
La primera escalera caracol de estilo gótico está situada en el Castillo de Rochefoucauld en Francia y se atribuye a Da Vinci en 1516.
El castillo se puede visitar en La Rochefoucauld-en-Angoumois, Francia de miércoles a lunes a partir de las 10:00 am.
La otra es la escalera más destacada y visitada de las 83 que tiene el Castillo de Chambord, ésta mide nueve metros de diámetro, pero su estilo es más bien medieval.
Esta segunda obra arquitectónica construida a mediados del siglo XVI se encuentra en el Castillo de Chambord, ubicado en el valle de Loira en Francia, y es posible visitarla de lunes a domingo a partir de las 9:00 AM.
En ambas escaleras es posible ver a la otra persona subir y bajar por medio de unas ventanas que se dirigen hacia el centro; sin embargo, a simple vista no es posible discernir el hecho de que se trata de dos escaleras en una.