La arena de esta playa “chilla” con cada pisada.
México está llenos de sitios arqueológicos llenos de misterios.
En los pueblos de las orillas del lago de Pátzcuaro, la celebración del Día de Muertos sigue siendo un marcador de vida en comunidad.
El achoque es endémico de las aguas dulces del lago de Pátzcuaro, Michoacán.
Cada otoño la temperatura baja y las hojas se caen, pero el lugar se llena de colores cálidos.
Alguna vez Barragán dijo: “No hagan lo que yo hice, vean lo que yo vi”
Esta iglesia del siglo XVI ahora tiene una segunda vida como centro cultural en Pátzcuaro.
Hace 200 años, el Hospicio Cabañas era un albergue para desamparados; hoy tiene una de las colecciones de Orozco más grandes del país.
Esta extensión de arena dorada es una de las joyas inadvertidas del Pacífico mexicano.
El periodo de incubación puede durar hasta 45 días.
Si bien es cierto que hay playas interesantes hacia el norte del estado, es en el sur donde se concentran las comunidades de pescadores.
Su playa, de arena delgada y rojos atardeceres, tiene un oleaje perfecto para practicar surf.
En Cuyutlán las olas tienen un efecto que durante los meses de abril y mayo, producen unas pequeñas partículas verdes fosforescentes.
La fama de Yelapa todavía atrae a uno que otro despistado.
En estos lugares se va a descansar, a olvidarse de las preocupaciones y a comer mariscos frescos.