Estos últimos meses nos han hecho replantear muchas actividades que dábamos por sentado, entre ellas el viajar. Actualmente, hemos cambiado los grandes itinerarios internacionales por escapadas locales. Excursiones de fin de semana, road trips y el cada vez más popular concepto de staycation, que propone volver a explorar las ciudades que habitamos.

Para los que vivimos en la Ciudad de México, Club Travesías se ha convertido en un gran aliado para conocer más sobre este destino en términos de historia, arquitectura, arte, gastronomía y diseño. Sin embargo, debido a la situación actual generada por el COVID-19, el proyecto ha tenido que adaptarse y encontrar nuevos formatos y aliados para alimentar su espíritu curioso sin salir de casa.

Recientemente, Club Travesías y Ford Explorer se unieron para lanzar una serie de experiencias virtuales para sus socios e invitados especiales. La primera entrega: un recorrido histórico por el barrio de San Ángel.

Foto: Diego Berruecos

Las paradas básicas en San Ángel

La experiencia de Club Travesías comenzó con un video sobre The Lockdown Road Trip, una iniciativa de Ford que permitió que cuatro viajeros internacionales exploraran México a bordo de la nueva Ford Explorer (justo antes de que comenzara la pandemia). Posteriormente, Javier Arredondo, fundador de Travesías Media, presentó a Héctor Palhares, licenciado en Historia, maestro en Historia del Arte y coordinador de Curaduría del Museo Nacional de Arte (MUNAL), quien fungió como guía de la experiencia y es además uno de los expertos consentidos de Club Travesías.

Por medio de un video, Héctor nos propuso un recorrido por algunos de los sitios más memorables de San Ángel; por ejemplo, la antigua Casa del Risco, que hoy es el Centro Cultural Isidro Fabela. Seguimos hacia la Casa del Obispo, que hoy funciona como galería de arte popular mexicano. No podía faltar uno de los rincones más especiales y populares del barrio, la Iglesia de San Jacinto, una construcción del siglo XVI que esconde uno de los jardines más lindos de la ciudad.

Foto: Paulina Figueroa

La historia de un barrio icónico

Después del recorrido en video, Javier y Héctor comenzaron a platicar sobre el origen de San Ángel, que refleja distintas épocas de la historia de la Ciudad de México. Durante el virreinato, Coyoacán, Chimalistac y San Ángel pertenecían a un mismo cacicazgo, así que se puede decir que era un solo gran barrio. Eso cambió en el siglo XIX, y durante los siguientes 100 años, San Ángel se fue transformando con el desarrollo urbano de la ciudad. Afortunadamente, con el apoyo de importantes mediadores —entre ellos Venustiano Carranza, Adolfo López Mateos y Miguel Ángel de Quevedo—, el barrio logró conservar gran parte de su esencia virreinal.

Javier y Héctor también hablaron acerca de las órdenes religiosas que pasaron por el barrio. Primero fueron los franciscanos, después los dominicos y, finalmente, los carmelitos, quienes tuvieron muchas propiedades y zonas de cultivo en la zona. En cuanto a los habitantes célebres de San Ángel, salieron a la plática nombres como la Marquesa de Selva Nevada, la Marquesa Calderón de la Barca (quien vivió en la Hacienda Goycochea, hoy restaurante San Angel Inn) y Antonio López de Santa Anna.

Foto: Diego Berruecos

En cuanto a los sitios más representativos (además de los que salieron en el video), Héctor destaca el Museo de El Carmen y su impresionante colección de arte virreinal —con obras de Juan Correa, Miguel Cabrera y Cristóbal de Villalpando, entre otros—, el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo y el emblemático San Angel Inn, una experiencia cultural, histórica y gastronómica única en la ciudad.

Foto: cortesía San Angel Inn

Los secretos de San Ángel

Después de la plática entre Javier y Héctor, se abrió un espacio para que los socios de Club Travesías realizaran algunas preguntas. Tan sólo bastaron unos cuantos minutos para entender por qué Héctor es uno de los expertos favoritos del Club. Resolvió dudas sobre el paso de Gabriel García Márquez por el barrio, sobre la famosa casa de “El Zacatito” —punto fundacional de San Ángel— y sobre los puentes del sermón en Chimalistac, donde los seminaristas practicaban antes de plantarse frente al público. También habló sobre la experiencia de visitar San Ángel a principios del siglo XX (que implicaba todo un ritual de viaje) y la arquitectura más contemporánea del barrio, que para Héctor “no rompe con la tradición, más bien nutre un gran legado”.

Sin duda una experiencia muy completa y enriquecedora que no hubiera sido posible sin el apoyo de Ford Explorer y el equipo de Club Travesías.