En un divertido recorrido del aeropuerto de Manzanillo, en Colima, a Punta Mita, Nayarit, pudimos conocer todos los atributos de la nueva CX-9 y, por supuesto, contagiarnos del zoom-zoom que sólo Mazda sabe imprimir en cada uno de sus vehículos.
Llegamos a Manzanillo, donde nos recibió, en la pista del aeropuerto, una caravana de deslumbrantes CX-9 para comenzar la prueba de manejo. La primera generación de este popular suv llegó a nuestro país en 2007 y ahora estamos ante una nueva, con el balance perfecto entre sofisticación y funcionalidad.
Lo primero que llama la atención es su prominente parrilla con cinco puntos horizontales de doble barra y un diseño de faros led que enfatizan una orientación más deportiva. La parte baja de la carrocería expresa fuerza y estabilidad, mientras que la parte superior resalta una sensación de movimiento y energía. De acuerdo con Julien Montousse, director de diseño de Mazda North American Operations, la filosofía detrás del diseño de la CX-9 está basada en la idea de crear un vínculo emocional entre el piloto y su vehículo. Más tarde pudimos entender perfectamente a lo que se refiere el señor Montousse.
Los cambios estéticos son definitivamente un plus, pero la sensación de manejo en diferentes caminos y condiciones climatológicas levantó más de una ceja. Fueron cerca de 300 kilómetros de Manzanillo a Punta Mita y, sin embargo, pareciera que manejábamos tras el volante de un sedán deportivo. No le quitemos su mérito al pavimento, pero los sofisticados sistemas de suspensión y dirección de la CX-9 se mostraron precisos en todo momento, sin holguras que comprometieran nuestra marcha.
Las serpenteantes curvas de la carretera que nos llevó de Manzanillo a Careyes y, más tarde, a Punta Mita nos permitieron poner a prueba tanto la rigidez estructural de la CX-9 como la buena respuesta de su eficiente motor de cuatro cilindros turbocargado, con 250 hp.
No sólo presume ahorros significativos en cuanto al consumo de combustible, sino bajas emisiones de CO2. Cada curva nos recordaba que esta nueva generación es 60 kilogramos más ligera que su antecesora.
El trayecto nos ayudó a darnos cuenta de que los cambios en su interior también son sustanciales: la consola central convence a los pasajeros de la gran amplitud del vehículo gracias a la línea horizontal que fluye suavemente desde las puertas hacia el tablero. Los nuevos materiales, sin duda, la colocan en un segmento diferente. Además, cuenta con cámara de reversa y el sistema Mazda Connect, que se completa con uno de audio Bose de 12 bocinas y pantalla en color de ocho pulgadas. A pesar de que sólo íbamos tres personas, nos percatamos de su orientación familiar: es más que cómoda y suficientemente amplia para acomodar hasta siete pasajeros.
Al cruzar el límite entre Colima y Jalisco, con un paisaje selvático como marco, nos sorprendió la lluvia y pudimos poner a prueba los elementos de seguridad de la Mazda CX-9. ¿El resultado? Frenado preciso gracias a los sistemas ebd y abs, a su control de tracción (tcs) y al control dinámico de estabilidad (dsc). Otro detalle sorprendente: un aislamiento del sonido exterior casi perfecto; si no estuviéramos viendo a través de la ventana, ni cuenta nos daríamos de la lluvia.
Después de curvas, pendientes, rectas y climas cambiantes, la recompensa llegó en forma del mar: Punta Mita. Si hubiera que elegir el destino ideal para distanciarse del estrés de la vida diaria, este escenario de la Riviera Nayarit podría quedar en los primeros lugares: su ubicación junto al mar, los envidiables spas y algunos de los mejores hoteles y restaurantes de la zona lo respaldan. Un lugar para cumplir con las expectativas de los más exigentes, al igual que la filosofía detrás del diseño de la totalmente nueva Mazda CX-9.
MAZDA CX-9 i Grand Touring AWD
Motor
2.5L Turbo SKYACTIV®-G 16 válvulas
Potencia
250HP @ 5,000RPM
Torque
310 LB-FT @ 2,000RPM
Transmisión
automática SKYACTIV®- Drive 6 velocidades con modo manual
Rendimiento de combustible
combinado 12.30 km/l TA
