La palabra Porsche evoca dos cosas en nuestra mente: deporte y lujo, cualidades que comparten las potentes suv de la marca, ideales para una capital de vanguardia como la Ciudad de México, primero por su look, luego por su exclusivo confort interior –que nos hace sentir cómodos en las horas de más tráfico– y, por supuesto, por su manejo.
Porsche Cayenne GTS se comporta a la altura en altas velocidades, como en las autopistas urbanas que conectan las zonas residenciales con las carreteras a Toluca o Cuernavaca; pero los fines de semana también podemos disfrutarla en otro mood, sin necesidad de desbordar los caballos.
La pusimos a prueba como “compañera” para un paseo sabatino por Polanco. Desayunar en Belmondo es un buen comienzo; ubicado en Emilio Castelar, es muy concurrido por su ambiente relajado. Son un clásico los huevos benedictinos con Gravlax o el French Toast, aunque también hay carta más mexicana, como los Tacos Regios (sí señor, de barbacoa sobre tortilla de harina).
Claro que caminar es lo que impera luego de tan vasta alimentación, y si hay un lugar para recorrer a pie es Polanquito, frente al parque Lincoln, donde los niños –y adultos– hacen navegar pequeños barquitos a control remoto por las fuentes.
Al mediodía es un buen momento para andar en bici y recorrer Polanco hacia el norte, con el fin de disfrutar todo aquello que nunca vemos cuando estamos en coche. Pero no elijamos cualquier bici. Cuando conduces un Porsche te vuelves loco con la Porsche Bike; tiene un ergonómico cuadro fabricado en aluminio 7005 y transmisión por correa dentada ultrarresistente. Las ruedas son DT Swiss en medida 700c.
Empiezo hacia el oeste para conocer la obra racionalista del arquitecto Vladimir Kaspé en el edificio ubicado en la esquina de las calles Wallon y Rubén Darío. De aquí parto hacia la Sala de Arte Público Siqueiros, un espacio para la reflexión a través del arte contemporáneo, que en esta ocasión exhibe el trabajo de Fernando Sánchez Castillo, hasta el mes de octubre: se trata de “Hoy también fue un día soleado”, una crítica a la masacre de los estudiantes en Tlatelolco, en 1968.
De ahí conduzco la Porsche Bike hasta Mariano Escobedo, doblo hacia el circuito Gandhi que es ideal para andar en bici y que, además, demuestra cómo los autos no están peleados con otro tipo de movilidad. Esta zona es poco transitada y muy divertida para disfrutar del paseo.
Al filo de las dos de la tarde vuelvo a Emilio Castelar a dejar la bicicleta en la camioneta (cuya segunda fila de asientos es abatible y permite transportarla sin problemas) y tomar camino a Masaryk. Si hay algo que puede presumir la versión GTS de la Cayenne es su techo panorámico y su espectacular interior, no hay un auto premium o de lujo en el mercado que supere esto, habría que subir hacia Bentley, Rolls Royce, Bugatti o Aston Martin para encontrar algo similar.
La piel es alcántara color rojo, acabados en fibra de carbono y la esmerada iluminación en tablero y consola superior. El volante es multifuncional, de gran diámetro, con controles para la conectividad y la información del vehículo, además, llama la atención su acabado en acrílico sobre el diseño de fibra de carbono. Al tacto, el volante es un auténtico placer. Los asientos son deportivos –no obstante, muy confortables– y llevan grabado en la cabecera el emblema de Porsche.
Al día siguiente, el recorrido inicia en Santa Fe para tomar la carretera a Toluca, sólo por el gusto de correr en esta fabulosa máquina antes de que caiga la tarde y la lluvia. Es en este tipo de caminos donde realmente muestra su poder y el placer de dominar sus 440 hp contenidos en un motor de seis cilindros y una transmisión automática Tiptronic S de ocho sonoras velocidades. Como debe ser en un Porsche su aceleración de 0 a 100 km es onerosa: de 5.2 segundos.
Es una suv muy divertida para autopista, pero en la ciudad es igualmente útil y, además, eficiente en sus emisiones y ahorro de combustible, aunque no lo crean, porque Porsche lo tiene todo. Dos detalles interesantes a considerar es que tiene la suspensión baja (más que las otras Cayenne) y que toma prestado de la Cayenne Turbo los frenos de gran tamaño y resistencia a altas temperaturas.
Tras la emoción que me regala esta belleza, cierro la tarde con amigos en el restaurante Cipriani, cuya carta italiana emula la original, de Venecia, replicada en otras modernas capitales del mundo, con todo y el rib-eye a la tagliata y su scampi al forno con insalata. Cerramos con un fabuloso café capuccino y una larga sobremesa.
Terminar el día con la satisfacción de haber aprovechado al máximo el fin de semana con Porsche Cayenne GTS, deja un gran sabor de boca. Ha demostrado su versatilidad. Sabemos que Porsche Cayenne GTS no es una suv cualquiera, nos ha quedado claro que es un estado de ánimo.
PORSCHE Cayenne GTS
Motor
Tiptronic S con 6 cilindros V
Potencia
440HP a 6,000RPM
Torque
600Nm a 1,600–5,000RPM
Consumo de combustible
combinado 10.0-9.8 l/100 km
Transmisión
automática de 8 velocidades
Aceleración
0 a 100 km/h en 5.2s (con paquete Sport Chrono 5.1s)
Velocidad máxima
262 km/h