Cualquier día entre semana es perfecto para deshacerse de la rutina y sugerirle a mis amigos una escapada que nos permita olvidar el día a día. Todos sabemos que deleitarnos a cada segundo y saborear los momentos nos permite vivir el verdadero lujo.
Por eso, los contacto y les sugiero que nos encontremos en un sitio que nos haga sentir esa autonomía que disfrutamos juntos. Subo a mi vehículo y con una llamada, que retoma el sistema bluetooth, compruebo que ya llegaron. Prendo el estéreo para calentar motores y escuchar algunas de las canciones más memorables para nuestra amistad. Ellos son parte de mi historia y las personas que más quiero; reencontrarlos siempre enriquece mi alma.
Percibo con certeza que el camino será ligero, a pesar de los obstáculos que puedan atravesarse en mi camino, e incluso abro el quemacocos para sentir el aire fresco, porque eso me hace gozar la independencia que distingue las reuniones con mis amigos.
Por fin llego a La Azotea, una terraza en plena Alameda Central, que resulta perfecta para disfrutar la libertad que proporcionan los ambientes en espacios abiertos.
En este lugar de Barrio Alameda es posible adueñarse del atardecer, enmarcado por construcciones icónicas como la Torre Latinoamericana y el Ex Convento de San Diego, que ahora resguarda el Laboratorio Arte Alameda.
Disfrutamos la puesta de sol, como cada uno de los momentos que logramos crear siempre que estamos juntos.