Ubicado en una zona residencial al sur de la Ciudad de México, el estudio de Pablo Vargas Lugo es el escondite ideal para que el célebre artista deje fluir sus impulsos creativos. A finales de 2016, los miembros de Club Travesías tuvieron acceso privilegiado a este espacio, guiados por el mismo Vargas Lugo, quien compartió con ellos la historia detrás de algunas de sus obras más emblemáticas, así como un poco de sus proyectos a futuro.
Pablo Vargas Lugo es uno de los más sólidos representantes del arte contemporáneo en México. Su obra ha sido expuesta en el Museo Tamayo, el Museo de Arte Carrillo Gil, el Museo Amparo de Puebla y el Museo Experimental del Eco, entre otros. La obra de Vargas Lugo se caracteriza por jugar entre lo abstracto y lo tangible, llevar una idea o concepto a una representación sólida aunque efímera.
Muestra de ello es Intemperie (2007), pieza compuesta por un tapete de arena con un diseño de meticulosos patrones de color, colocado frente a un vestíbulo cuya corriente de aire poco a poco borra la obra. Vargas Lugo conversó con los visitantes acerca de los procesos creativos que construyeron dicha pieza, además de compartir con ellos parte del registro visual de sus iteraciones (Museo Experimental del Eco, 2012).
El artista guió a sus invitados por su archivo plástico y audiovisual, que incluyó estudios y muestras de proyectos futuros que persiguen intereses de Vargas Lugo, como la simbología, la caligrafía y el encuentro entre disciplinas artísticas.
La visita al estudio de Pablo Vargas Lugo es un verdadero lujo, pues más allá de este acceso íntimo a su espacio de trabajo, los miembros de Club Travesías pudieron observar distintas fases del proceso artístico. Esta experiencia amplía la percepción de una pieza de arte pues permite descubrir el proceso de investigación y producción detrás de ella.
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