Nadie está a dieta en L.A.

Cuatro restaurantes, y un bar, en Los Ángeles, que te permitirán conocer las propuestas gastronómicas en tendencia.

16 Aug 2019
Nadie está a dieta en L.A.

Volvimos a Los Ángeles, pero esta vez en compañía de la chef Adriana Lerma, quien nos ayudó a preparar una ruta con el foco puesto en el buen comer.

Gjusta
Un espacio muy largo en Venice con una de las mejores panaderías artesanales en la ciudad. Gjusta hornea pan todo el día, pero también es café y deli, con pocas pretensiones e ingredientes de gran calidad. La gente que lo frecuenta es cool y relajada.

Funciona así: hay que entrar casi hasta el fondo del lugar y encontrar la máquina de los tickets (como de salchichonería) para tomar un número y ordenar en la caja. Es difícil elegir: los sándwiches son increíbles, tienen muchas opciones para el brunch, varias alternativas de pescados ahumados, pizzas, ensaladas y una variedad de postres deliciosos, como el pastel de zanahoria y unas galletas recién horneadas que se derriten al comerlas. Hecho el pedido, lo llevarán a la terraza gritando tu nombre. Hay que ser paciente. Los precios son accesibles, así que se pueden probar varias opciones del menú en una sentada. Al salir, puedes comprar un regalo para llevar, como aceite de oliva, té, una mermelada o una última galletita para el camino.
gjusta.com

Gjusta

Bestia
Es un imperdible al que es difícil entrar porque siempre está lleno. Si no logras hacer reservación, te puedes formar a las cinco en punto de la tarde para intentar conseguir mesa: la experiencia lo vale.

Los dueños son Ori Menashe y Genevieve Gergis, dos angelinos que cumplieron su sueño de abrir un restaurante italiano rústico donde todo se fabrica desde cero: elaboran su propia charcutería, y sus pastas y pizzas se hornean allí mismo en un gran horno Acunto. Los postres se hacen diariamente con ingredientes frescos y locales.

Bestia ha ganado muchos premios y es impresionante ver la calidad de todo lo que preparan. El servicio es impecable, los meseros dan muy buenas recomendaciones, lo que facilita explorar el menú. Pedimos varias entradas: ensalada de farro, los calamares a la plancha y el plato estrella fue un branzino a la parrilla con hierbas fritas, de textura superdelicada. Todo acompañado de una gran selección de vinos naturales. De postre probamos un pastel helado de fresa que fue un cierre fresco y perfecto para una cena de campeones.
bestiala.com

Bestia

Petit Trois
El chef Ludo Lefebvre es el creador de este bar à la carte francés. La prensa gastronómica local lo ha reconocido como el mejor lugar para comer escargots, omelette, sándwich jambon beurre y croque monsieur de la ciudad.

Es un espacio pequeño con pocas mesas, luz muy tenue, muy charming y con una cocina abierta que permite disfrutar la preparación de cada uno de los platillos. Tuvimos la suerte de que el chef estuviera allí, es todo un rock star y todos los comensales quieren saludarlo y tomarse fotos con él.

Pedimos el steak tartare con echalote frito, el lenguado meunière y el confit de pollo frito que es una delicia. La carta de vinos es muy buena, y el personal es muy atento y preparado para hacer las mejores recomendaciones de maridaje. La experiencia en este lugar es relajada y, sin duda, dan ganas de volver para probar el resto del menú.
petittrois.com

Petit Trois

Gjelina
Es el clásico de Abbot Kinney. Con una decoración muy acogedora, éste es el restaurante perfecto californiano: relajado, con un menú simple, grandes ingredientes y un ambiente buena onda.

Lo ideal es reservar, pero también puedes probar suerte si andas por Venice y se te antoja cenar allí. Como entrada las ostras son una excelente opción. Hay que pedir varias porque su selección es muy amplia, superfrescas y deliciosas. Las ensaladas también están muy buenas. El plato estrella son las pizzas. Los ingredientes no son los tradicionales, por ejemplo, hay una de salami, hinojo caramelizado, tomate confitado, cebolla verde y mozzarella que vale la pena probar. Si vas en grupo, pidan varias y elijan la pizza ganadora. Si vas pasando por allí y no tienes tiempo para quedarte, puedes pedir para llevar.
gjelina.com

Gjelina

Bar Bandini
Para todos los que disfrutan los vinos naturales, hay que asomarse a Bar Bandini. Ubicado en el barrio de Echo Park tiene una larga barra en la que puedes probar muchas opciones de vinos naturales y cervezas artesanales. El lugar es muy acogedor, con luz tenue y un diseño de interiores muy cuidado que se presta para pasar un buen rato.

Tienen un menú pequeño de tapas para acompañar los tragos. Los vinos se pueden pedir por botella o por copa, y los que atienden dominan toda la cava, así que pueden ayudarte a elegir algo que te sorprenda.
barbandini.com

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