A diez minutos uno de otro, Sayulita y San Pancho, en Nayarit, ofrecen buena comida y experiencias divertidas alrededor del surf, aunque cada uno con personalidad y características propias.
Surf
La calidad de las olas en ambos destinos es excelente, pero el paisaje es diferente. En Sayulita abundan las escuelas bilingües, así que en el agua se observan muchos estadounidenses y canadienses en traje de neopreno esperando la mejor ola. En San Pancho es más común observar surfistas en solitario o alguno que otro grupo pequeño desperdigado por la costa.
Comida
Sayulita tiene restaurantes elegantes de cortes y mariscos, y bares que venden margaritas y mojitos. En San Pancho más bien predominan las micheladas y las austeras palapas donde se come pescado empapelado y aguachile de camarón en la playa o en sencillos locales de la calle principal.
Hospedaje
San Pancho se distingue por cuidadoso hospedaje boutique y en pequeña escala, mientras que en Sayulita hay hostales, hoteles y hasta parques para estacionar casas rodantes (RV’s). En Sayulita se organizan torneos de surf que atraen a miles cada año, pero los competidores que prefieren pasar una noche silenciosa regresan a dormir a San Pancho.
Vida en el pueblo
En las calles de Sayulita pasean mayormente extranjeros jóvenes, se organizan tianguis de productos orgánicos, sembrados casi todos por inmigrantes norteamericanos y canadienses que decidieron hacer de esta joya del Pacífico su casa. Resulta interesante también la oferta de galerías y tiendas de arte y artesanías. San Pancho tiene una cancha de basquetbol en la explanada principal, calles mitad terracería mitad asfaltadas, aunque también un campo de golf y otro de polo. En San Pancho, donde se puede beber una cerveza en un restaurante para pasar el atardecer, pero no se encuentran fiestas animadas hasta altas horas de la noche, como en Sayulita.