1. EXIT La Librería
Tras varias visitas a Zona MACO, Rosa Olivares, editora de la revista española de fotografía Exit, persuadida por varios amigos, decidió abrir una librería que se especializa en ejemplares de arte: desde teoría fotográfica hasta historia, estética, nuevos medios —como instalaciones y performance— y más.
Ella vive seis meses aquí y seis meses en España, pero, si te toca suerte en tu visita, y te la encuentras, podrás pasar una tarde entera escuchando buenas historias sobre el fascinante mundo del arte, en el que lleva metida más de 40 años, además de recibir algunas recomendaciones.
La librería ofrece 10% de descuento a estudiantes y un sistema de compra a la carta, donde, bajo pedido, buscan y consiguen libros muy peculiares que no encuentras en ningún otro lado.
Imperdible: la sección de género, feminismo y teoría queer. Superinteresante.
2. Barrio Alameda
Aprovechando la rehabilitación de la Alameda Central, Leonardo González-Ortega, Rodrigo Hassey, Luis Gerardo Musi y Andrea Vázquez Bracho, mejor conocidos como el grupo Acha, recuperaron un edificio art déco para convertirlo en un proyecto multidisciplinario que incluye gastronomía, belleza, shopping y hasta un hotel boutique.
En cuanto a tiendas se refiere, vale la pena echarle un ojo a Jugodmango, un proyecto de joyería alternativa con diseños hechos a mano; a Mini-Velo, una tienda especializada en ciclismo urbano; a Toco Madera, un taller de productos textiles artesanales; a nuestras favoritas, Utilitario Mexicano, una selección de objetos low tech que usamos en la vida cotidiana; y a Domi que vende historias y piezas de arte.
Imperdible: bien vale la pena pasar una tarde curioseando entre las tiendas que remate con una buena comida o un buen mezcal.
3. NOMEOLVIDES Plantas y Café
Aunque quizá tiene más pinta de cafetería que de tienda, este lugar conjuga las ganas de relajarte y tomarte algo con las de decorar tu casa. Vas, escoges una planta, puede ser una suculenta, pues son las más fáciles de cuidar, la pones sobre la maceta que más te guste y, mientras tanto, pides un capuchino y una galleta.
La otra opción es ir a las clases. Por ejemplo, cuando compras los materiales para un terrario, te enseñan, todos los miércoles, cómo hacerlo. También hay talleres de metro cuadrado o de huertos en casa, en donde podrás aprender teoría, práctica y todo lo que necesitas saber sobre materiales. Un espacio para crear comunidad en torno a la agricultura urbana.
Imperdible: los sabores dulces, como el té y las galletas de lavanda, y el No Me Olvides, un capuchino cuyas orillas están cubiertas de nutella.
4. Poni Ministore
Una concept store / papelería cuyo distintivo es la curaduría y la selección cuidadosa de marcas. Ubicada en el sótano de una casa de la Roma y con un caballito de neón bastante fotogénico al que muy pocos visitantes se aguantan las ganas de compartir en sus redes sociales, Poni recibe a todos los curiosos del rumbo.
Con productos como MIDORI, Kraft, Düller, Delfonics, este espacio es ideal para ilustradores, diseñadores, arquitectos y artistas, pues es un punto de encuentro perfecto para generar ideas. El claro guiño hacia la cultura japonesa se hace evidente con la barra de té, The Matcha Club, dedicada, exclusivamente, a la venta de té verde molido para tomar ahí o para llevar.
Imperdible: las colaboraciones con artistas invitados, que intervienen el lugar, como la ilustradora argentina María Luque, entre otros.