Por si la belleza natural de Bacalar y los colores de su laguna no fueran pretexto suficiente para hacer un viaje a esta pequeña joya del sureste mexicano, ahora hay que agregar una nueva parada obligada en la excursión, sobre todo para los amantes del mundo maya. Hablamos de las ruinas de Ichkabal, que muy pronto podrás visitar en el camino a Bacalar.
A escasos 30 kilómetros al poniente de la laguna de Bacalar, la mayor parte de Ichkabal aún está escondida entre el follaje de la selva, que ha reclamado su lugar después de miles de años sin tener contacto con la humanidad. Los arqueólogos que trabajan para desenterrar sus restos tienen buenas razones para creer que se trata de una población importante en la historia de la Península de Yucatán.
Los trabajos de exploración han revelado un conjunto central de edificios con antigüedad de al menos 2 mil 400 años, de entre los que hasta ahora destaca una pirámide con 40 metros de altura (casi el doble que Templo de Kukulcán en Chichén Itzá) y una base similar a la de la imponente Pirámide del Sol en Teotihuacán.
El tamaño de sus edificios no es lo único que sugiere la importancia de Ichkabal para la sociedad maya, sino también su permanencia a través del tiempo. En el área se han encontrado vestigios que van desde el 400 a. de C. hasta cerca del año 900 d. de C., es decir, todo el camino desde el periodo preclásico hasta el colapso maya.
Uno de los descubrimientos más impresionantes de Ichkabal son las lagunas artificiales que rodean las ruinas y que, de acuerdo con las investigaciones, sirvieron como reserva de agua para la antigua ciudad. Los arqueólogos encargados del proyecto se han sorprendido por las avanzadas técnicas de ingeniería hidráulica que se utilizaron en su construcción, con la finalidad de evitar la erosión y filtraciones de agua.
Conforme se sigan excavando sus secretos, Ichkabal probablemente seguirá sorprendiendo a especialistas y, muy pronto, a visitantes. Sin embargo, parece que la ciudad se resiste a revelarse. Desde su joven descubrimiento, apenas en 1994, investigadores han reconocido el gigantesco reto que será convertirla en un lugar turístico, principalmente por su tamaño calculado en unas 6 mil hectáreas.
Aún así, los trabajos continúan para abrir sus puertas al público y, aunque no se ha confirmado la fecha oficial en que podremos visitar este el nuevo sitio arqueológico de Ichkabal en Bacalar, expertos y autoridades esperan que los primeros resultados tangibles del proyecto puedan comenzar a verse a mediados del próximo año.
