Pensar en arce nos remite inmediatamente a Canadá, pero la realidad es que no es el único lugar en el mundo con estos árboles. En el occidente de México hay tres sitios donde puedes hallar bosques de esta especie, la Sierra de Manantlán (la única área protegida por el Estado), Talpa de Allende, y una más en Guerrero, que aún se encuentra bajo investigación.
Los bosques mesófilos, como el del Arce, tienen una gran biodiversidad, y en el caso de este, localizado en la Sierra de Manantlán, también están habitados por guacamayas verdes, jaguares y tigrillos.
Una historia que contar
El primer hallazgo de un arce en esta región lo hizo José Aragón, un oriundo de la Sierra de Manantlán, quien tras darse cuenta que una especie de árbol, el acer binzayedii, mejor conocida como arce rojo, sobresalía por entre los pinos y oyameles, se lo comunicó a las autoridades de la Estación Científica de Las Joyas. Después de una larga investigación del suelo y del bosque, en 1992 dieron a conocer el hallazgo a través de la revista Acta Botánica Mexicana.
La investigación se detuvo por un tiempo, pero en 1998, mientras las biólogas Laura González Guzmán y Alejandra Blanco Macías investigaban las aves migratorias en el occidente del país, notaron que también en el municipio de Talpa de Allende había algunos ejemplares de arce.
Si bien el arce azucarero es originario de México y Guatemala -y también hay algunos ejemplares en la Sierra de Manantlán-, se cree que el arce rojo se desarrolló en territorio nacional hace más 20 millones de años, en la época del Mioceno cuando las condiciones climatológicas y geológicas obligaban a las especies a migrar hacia lugares más cálidos, lo que a su vez condujo al desarrollo de otras especies.
Con las condiciones climáticas actuales, estos árboles se consideran en un estado crítico de extinción y forman parte de la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
De visita por el bosque
El Bosque de Maple está a una hora en automóvil de la cabecera municipal de Talpa de Allende. Se trata de un área protegida, por lo que además de que no se permite acampar, existen senderos delimitados por los cuales se puede realizar una caminata de unos 20 minutos; sin embargo ese tiempo suficiente para admirar la belleza natural del lugar.
Para visitarlo lo ideal es llevar zapatos y ropa especial para senderismo. Aunque puedes hacer el recorrido por tu cuenta sin problemas, también puedes contratar guías expertos en la región como los de Talpa Tours.