Cuando uno está en Madrid, debe dar un paseo a lo largo del Paseo de la Castellana. Entre edificios históricos, grandes museos y árboles en los camellones, cuando se llega a la Glorieta de Neptuno hay una construcción que absorbe toda la atención del transeúnte. Ese edificio magnífico y blanco, alto e iluminado a la perfección es el hotel The Westin Palace Madrid, una opción de hospedaje para quienes buscan estar en el centro del acontecer cultural de la capital española.
No solo su aspecto exterior –aquel de un palacio de estilo parisino que tiene impresa en su fachada a la belle époque– sorprende, sino la historia que hay detrás. El hotel existe desde 1912 sobre la Plaza de las Cortes, cuando el arquitecto catalán Eduard Ferrés i Puig dio por inaugurado el que se coronó como el alojamiento más grande y moderno de Europa. Desde el inicio se valoró su ubicación privilegiada, pues está prácticamente sobre Paseo de la Castellana, a pocos metros del emblemático Museo del Prado, del Reina Sofía y del Thyssen-Bornemisza.
Entrar es hacer un viaje al pasado y dejarse envolver por una esencia del glamour de antaño, pero con todas las comodidades de un alojamiento contemporáneo. Personajes como Dalí, Sofia Loren, Jorge Luis Borges o Einstein desfilaron en su momento por sus pasillos y áreas comunes, las cuales –después de una restauración en 2012 a cargo de Rockwell Group Madrid– ahora relucen mobiliario inspirado en los años 50, motivos florales y terciopelo verde, rojo y plateado. Todo bajo la emblemática cúpula de cristales emplomados y motivos vegetales que deja pasar una revitalizante luz natural.
The Westin Palace Madrid cuenta con 420 habitaciones que invitan a pasar a un espacio isonorizado de colores neutros, camas Heavenly Bed y amplios baños de mármol con amenidades de Loewe. Pero además, las 50 suites cuentan con muebles de madera, alfombras con diseño de la belle époque y, lo mejor, vista hacia la Fuente de Neptuno o a la ciudad.
Comer en el The Westin Palace Madrid debe ser algo para incluir en el itinerario de viaje. Si bien en Madrid las opciones para tener una experiencia gastronómica se cuentan por cientos, cuatro de ellas se encuentran en este hotel. Uno es La Rotonda Restaurant, un espacio amplio debajo de la cúpula que ofrece platillos españoles. Asia Gallery figura como uno de los mejores establecimientos de comida cantonesa en todo Madrid. Una alternativa más fresca y casual está en Green T Sushi Bar, que combina el sushi con las tapas. Por último, 1912 Museo Bar invita a transportarse al pasado del Palace en una cena entre mobiliario de madera y alfombras verdes.
Sin más, aquí les dejamos algunas recomendaciones que hace el equipo del The Westin Palace Madrid para que se aproveche al máximo una estancia.
Personaje clave
Los conserjes son personas clave en la experiencia del hotel, siempre a disposición de las necesidades de los huéspedes.
Una habitación
La Suite Ejecutiva tiene una de las mejores vistas del hotel; además de su tamaño, tiene una atmósfera residencial.
Un detalle
El surrealista Salvador Dalí solía hospedarse en The Westin Palace Madrid; una vez realizó un boceto del lugar que por desgracia se perdió.
Espacio público
La cúpula de cristales que recubre el lobby y La Rotonda, que gracias a su iluminación hizo posible que el espacio se usara como quirófano durante la Guerra Civil Española.
Algo imprescindible
Opera & Brunch: todos los domingos a las 13:30 comienza un show de ópera en vivo bajo la cúpula, donde los asistentes tienen acceso a un enorme buffet.
Un platillo
La paletilla de cordero lechal, asado tradicionalmente y acompañado de papa ratte y cebollitas.
Algo para beber
Hasta el mismo Hemingway lo mencionó en una de sus obras: el Dry Martini.
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