Una pequeña salida en la carretera y un camino de terracería guían a vegetación abundante y, al avanzar, se avistan pequeñas cabañas en los árboles y un camino de grandes bloques de piedra que guían hacia un lugar como pocos en Los Cabos. La maleza comienza a aligerarse y de pronto aparece una fachada con grandes escalones iluminados. Se trata de Acre, uno de los secretos mejor guardados de la región.
Acre es un proyecto que busca en encontrarse con la naturaleza a partir de una idea novedosa del lujo. Por ello, las más de 10 hectáreas de este complejo (25 acres) se funden con el ecosistema de San José del Cabo para ofrecer experiencias diferentes a cualquier otro hotel.
Una de sus peculiaridades es, sin duda, el hospedaje. Las cabañas instaladas en árboles reafirman su concepto, ya que están hechas con materiales locales, pero conservan una estética rústica al exterior, aunque el interior dista de ello. Camas amplias, iluminación agradable, un pequeño armario y una terraza que permite admirar los alrededores desde las alturas son algunas de sus características.
Su restaurante apuesta por lo natural y lo tradicional. Con un huerto propio y una pequeña granja, cada uno de sus platillos toma como base los vegetales, pero también los manjares característicos del Pacífico. No obstante, en cada una de las visitas podrás encontrar platillos nuevos o renovados gracias a que todo pasa del huerto a la cocina y, para los vegetarianos hay una amplia variedad de platillos que evaden lo obvio.
Sin embargo, este tipo de gastronomía no se trata de una casualidad, sino de una tendencia que ha hecho de Baja California Sur, y en específico de Los Cabos, un destino imperdible para los amantes de la comida. Una fiebre por la frescura de los ingredientes, por el descubrimiento de nuevas combinaciones y por el regreso a las temporadas de alimentos, todo ello reunido en la creación de los platillos en Acre.
Eso no es todo. Antes de entrar a la parte central de Acre, hay un pequeño recinto dedicado al mezcal, dónde expertos en esta bebida te podrán dar catas personalizadas. Posteriormente, te pueden servir el mezcal que más hayas disfrutado para acompañar cualquier creación en el restaurante o bien, para disfrutarlo lentamente en el bar mientras las tenues luces lo invaden todo.
¿Cuál es su secreto? La atmósfera, de modo intencional o no, que combina los silencios de los alrededores que resulta en música susurrante, los aromas indescriptibles que emanan de la cocina y la belleza de dirigir la mirada hacia arriba para ver las estrellas, sólo interrumpidas brevemente por luces en los árboles y los cantos de aves nocturnas.