A primera vista es un bar como cualquier otro en el Centro Histórico de San José del Cabo, pero al entrar, este lugar toma nuevos significados. Baja Brewing Co. es una cervecería que ha reinterpretado los sabores locales y ha creado un concepto original alrededor de la bebida.
En 2006, Jordan Gardenhire y Rob Kelly, dos jóvenes de Colorado, llegaron a Los Cabos y se enamoraron. Los paisajes que hacen un juego entre palmeras y cactus, un clima cálido, pero seco al mismo tiempo y el mar que explora azules casi imposibles o todo lo anterior hicieron que ambos se mudaran a Baja California Sur para fundar Baja Brewing Co, una de las primeras cervecerías artesanales de Los Cabos.
Diez años después —el pasado 2 de diciembre celebraron su décimo aniversario—, este lugar se mantiene como pionero de la escena cervecera de la región. No es para menos, han creado, más que un bar para reunirse con amigos o ver deportes, una comunidad que se identifica con el concepto y que hace un culto a una figura que representa a la marca, un burro.
Lo anterior sólo se reafirma con la tienda oficial alojada al interior del bar. En ella, playeras, llaveros, pequeños burros hechos de tela, lápices y más, impulsan el movimiento #FollowTheDonkey y, un refrigerador lleno de las cervezas de casa e importadas, te permite conocer la gran variedad que forma parte de su carta.
Avena (Baja Stout), Por favor (Ipa Mexicana), Raspberry Ale (Baja Razz), Escorpión Negro (Black Ale), Blonde Ale (Cabotella) y Amber Ale (Pelirroja) son los seis tipos de cervezas que ofrece Baja Brewing Co, todas están hechas con recetas originales y con ingredientes naturales.
Cada una de ellas sigue un proceso cuidadoso apegado a German Purity Law (una ley de control de alimentos antigua que garantiza ) con sólo cuatro ingredientes: cebada malteada, agua, lúpulos seleccionados a mano y levaduras de alta calidad. Sin embargo, sus creaciones se inspiran en los ingredientes naturales y sabores que abundan en el estado.
El lugar destaca por una atmósfera relajada. Su terraza permite aislarse del ruido del interior —regularmente dedicado a ver deportes con pantallas que sintonizan diferentes canales y disciplinas— para disfrutar del aire cálido, del cielo estrellado, algunas veces música en vivo y claro, murales en las paredes que trazan una ruta por la costa.
No obstante, detrás de la barra principal, grandes contenedores cromados te adentrarán al proceso que sigue esa bebida en tu mesa y, perdido en el laberinto que trazan los tubos por dónde corre la cerveza, descubrirás en un sorbo al tarro en tu mesa que la experiencia toma nuevos significados aquí.