Fue en la década de 1940 cuando Emilio “El Indio” Fernández se coronó como uno de los actores, productores y guionistas más importantes de la época del cine de oro mexicano.
Después de filmar María Candelaria en 1943, el Indio decidió comenzar la construcción de su casa.
Un inicio humilde
Fernández compró un terreno pequeño en el sur de la Ciudad de México, cerca de la casa El Encanto, donde en ese entonces vivía su eterno amor Dolores del Río. Este terreno, en el número 51 de la calle Zaragoza de Santa Catarina Coyoacán, se cree, habría sido un cementerio prehispánico pues en él se encontraron cráneos e incluso un diente con incrustación de jade.
El Indio Fernández no tenía mucho dinero, pero con lo poco que tenía en ese momento construyó una pequeña cocina que también funcionaba como dormitorio. Cuando su fama aumentó y el trabajo en las películas que escribía, dirigía y actuaba le dieron suficientes recursos para terminar la construcción, la casa se volvió un punto muy importante de reunión entre los actores de la época.
La construcción de la Monumental casa del Indio Fernández
La casa nunca tuvo una planificación, se construía conforme el Indio conseguía el material; pero con ayuda de su amigo y arquitecto Manuel Parra -conocido por su estilo neocolonial y por recuperar piezas de casonas antiguas- la casa fue tomando forma poco a poco.
El secreto de la casa Monumental del Indio Fernández son las piezas rescatadas y la utilización de elementos que se habían hecho específicamente para algunas películas. Como cuando grabó Las Islas Marías y utilizó el transporte de la filmación para traer a la Ciudad de México madera de ébano que se encontraba en la locación; algunas veces, en los guiones aparecían objetos con medidas específicas y cuando terminaba la producción y se desmontaba el set , el Indio recuperaba esas piezas para ponerlas en su casa.
Las modificaciones de la casa se detuvieron hasta la muerte del Indio en 1986.
Así, es posible ver algunas piezas de sus películas más conocidas en el recorrido por su casa, como las mesas de ébano, las ventanas y algunos barandales.
La casa como escenario
La casa le dio a la época del cine de oro mexicano un gran lugar para filmaciones de la época. En esta locación se hicieron alrededor de 130 filmes. Entre tantas, hay algunas escenas que se quedaron grabadas en la mente de toda una generación.
Una de ellas es El Rapto en 1953, protagonizada por Jorge Negrete y María Félix. En este filme, la icónica escena donde Félix le da una cachetada a Negrete fue filmada en un balcón de la casa.
Pasando la época de oro del cine mexicano, este sitio siguió siendo popular entre directores y actores: Santa Sangre, de Jodorowsky en 1989, Frida protagonizada por Salma Hayek en 2002, y Hombre en Llamas, con Dakota Fanning como protagonista en 2004, también se filmaron aquí.
De visita en el corazón de Coyoacán
La casa del Indio Fernández retrata la época más importante que ha tenido el cine mexicano.
Visitarla es sinónimo de dar un paseo por el pasado, conocer la habitación del actor mexicano tal cual la dejó antes de morir, el comedor original, la habitación de su hija Adela, la cocina y, claro, admirar las fotografías que retratan los momentos entrañables para el Indio.
En el Patio de Tlaloc, en la parte posterior de la residencia, se encuentran las cenizas de Don Emilio el Indio Fernández, las cenizas de su hija y los restos del arquitecto a cargo de la construcción, Manuel Parra.