Aunque podría parecer que la CDMX está condenada a un aislamiento costero, lo cierto es que hay algunas playas que están muy cerca de la ciudad y no pierden su encanto. Buscamos varios viajes rápidos para hacer por carretera y encontramos nuestras playas favoritas más cerca de la CDMX. Ningún trayecto toma más de cinco horas en auto y siempre encontrarás un destino imperdible esperándote al final del breve camino.
Tecolutla, Veracruz
A menos de cuatro horas en coche desde la CDMX, Tecolutla es una de las playas más cercanas a la ciudad. Pero, a pesar de su proximidad con la urbe, permanece solitaria en el centro de la costa veracruzana. Entre manglares y arena oscura, aún mantiene su apacible esencia de pueblo pesquero. Las únicas construcciones que han invadido su arena son unas pocas palapas, perfectas para encontrar refugio del sol y pedir una cerveza.
Aquí, lagunas y canales de río encuentran salida al mar, por lo que el ecosistema le pertenece a una extensa variedad de especies marinas que impulsan la actividad de las panguitas que navegan de sol a sol. De hecho, la mejor forma de acercarse a la auténtica vida de Tecolutla es montar una de estas pequeñas embarcaciones, ya sea para pescar o simplemente para recorrer la Costa Esmeralda de Veracruz.
Otro recorrido imperdible en la zona es el de los estéreos y manglares a su alrededor. El Río Tecolutla deriva en una serie de canales que terminan recorriendo más de 50 kilómetros. La ribera por todo el camino rebosa con la vegetación de selvas apenas exploradas y animales como grullas, pelícanos, cangrejos y, sobre todo, lagartos.
Probablemente lo mejor de Tecolutla es que después de un día entero explorando bajo el sol puedes terminar descansando en un hotel de lujo. A media hora en coche desde el centro de la ciudad, se encuentra el hotel Azúcar, un lugar inspirado por los símbolos más característicos de Veracruz: la industria cañera, Celia Cruz y el mar. Su arquitectura, de techos de palma y detalles de madera, recuerda a un rancho playero, pero intervenido con formas y colores modernos. Además, cuenta con todos los servicios y comodidades, como spa, restaurante y bar.
Chachalacas, Veracruz
Más al sur, en el mismo estado de Veracruz, se encuentra la increíble Chachalacas. Una de las playas más cerca de la CDMX, a sólo cinco horas de camino en carretera, aquí no sólo encontrarás sol y mar, si no un espectáculo natural que podría parecer sacado de un desierto africano, más que de la costa veracruzana.
Chachalacas es famosa por las dunas del Sabanal, unas enormes montañas de arena que desembocan en las aguas del Golfo de México. Este surreal paisaje es ideal para practicar sandboarding, una especie de surf en arena. Pero, sobre todo, es un lugar como ningún otro para desconectarse y descansar. Es difícil igualar la calma que se alcanza cuando estás rodeado por más de 500 hectáreas de arena oscura, de un lado, y la inmensidad del mar, del otro. Aquí no hay palapas, vendedores o beach clubs y no sería raro que no te toparas con ningún otro visitante en todo el día.
Eso sí, considera que no hay mucha sombra y tendrás que resguardarte del sol por tus propios medios. Además, te recomendamos no subestimar la subida de regreso por las dunas; la bajada rumbo al mar es la parte sencilla, pero recuerda que caminar por la arena requiere el doble de esfuerzo. Claro que algunos tours y servicios de la zona hacen más fácil el proceso con vehículos 4×4 o caballos.
Además de las dunas, en Chachalacas desemboca el río Actopan. Un canal con aguas turquesas y cascadas que puedes recorrer en lancha, remando o incluso nadando. Lo mejor es ir parando por la ruta para admirar la naturaleza que acompaña el recorrido.
Pie de la Cuesta, Guerrero
El océano Pacífico tampoco queda lejos de la CDMX y muchas de las mejores playas del estado de Guerrero están lo suficientemente cerca para conocerlas en un viaje en coche. Los ejemplos sobran, las famosas Ixtapa y Acapulco se llenan todos los fines de semana y puentes con visitantes de la capital, ansiosos por escapar de la urbe.
Precisamente a unos pocos minutos de Acapulco, Pie de la Cuesta tiene todo el encanto de la costa guerrerense, pero sin las multitudes de los grandes puertos. Esta playa es una delgada franja de arena que apenas se interpone entre la Laguna de Coyuca y las aguas del Pacífico. Desde la cumbre de los cerros que rodean el poblado, podría parecer que la laguna es parte del mar, como si se tratara de una bahía.
Más allá de las montañas el paisaje se convierte en manglar y los pequeños ríos que corren por su frondosa extensión terminan en cascadas como la de Yetla, que vale la pena visitar en temporada de lluvias.
Puedes practicar deportes extremos como esquí acuático o wakeboard en la laguna o moverte en lancha hasta su núcleo y bajarte en la Isla Montosa, donde encontrarás restaurantes y miradores.