Si llegaste al fin de semana con ganas de salir de la ruta habitual y de probar algo nuevo, esto es para ti. Te proponemos recorridos en bicicleta por tres pueblos mágicos cerca de CDMX que cambiarán tu perspectiva sobre cómo descubrir una ciudad.
Huamantla, Tlaxcala
Este pueblo mágico se unió a la categoría en 2007 y con justa razón: Huamantla es un sitio lleno de colores, historia, comida tradicional deliciosa y vestigios de la cultura otomí que aún hoy se filtran en cada rincón.
Lo primero es dirigirte a la Hacienda Soltepec (primero fue una casa productora de pulque y después de la Revolución cambió su giro para convertirse en la primer escuela normal rural del estado), para de ahí visitar la iglesia de San Martín Obispo, el Parque Nacional la Malinche, la Hacienda de San Pedro y el Museo Nacional del Títere.
Del centro del pueblo harás tres minutos en bicicleta hacia el Museo Nacional del Títere, después de una visita a éste, seguirás tu camino por un minuto hasta llegar a la Parroquia de San Luis Obispo -santo patrono de Huamantla-.
Un minuto más y llegarás al Museo de la Ciudad de Huamantla, es ahí donde podrás conocer a fondo la historia del lugar que estás visitando.
A estas alturas, ya es momento de conocer uno de los sitios más esperados, el Museo del Pulque. Pedalea durante 14 minutos más y llegarás al embriagante destino.
A un minuto de distancia, podrás llegar a la Hacienda Soltepec, ésta fue una productora de pulque y después de la Revolución Mexicana se convirtió en la primera escuela normal rural del estado.
Después de un largo recorrido en bicicleta por el pueblo, tu apetito será enorme, pero debes ser paciente.
A 34 minutos desde tu último destino se encuentra el restaurante más popular del pueblo:Hacienda Tecoac – Casa de Los Magueyes.
Los platillos como las hojas Santas rellenas, los huevos de rancho y los panuchos son toda una experiencia de sabores que no puedes dejar pasar.
Su gastronomía tradicional se basa en maíz y maguey, así que deleitar a tu paladar con una deliciosa barbacoa y un buen pulque es lo que necesitas para una experiencia gastronómica completa.
La mejor temporada
La principal festividad del pueblo toma lugar la noche del 14 de agosto y es conocida como “La noche que nadie duerme”, pues lugareños y visitantes se quedan en vela durante toda la madrugada para presenciar la procesión.
Se elaboran tapetes de aserrín y flores en las calles del pueblo -nadie los puede pisar antes del amanecer- y los creyentes llevan en peregrinación a la Virgen de la Claridad hasta su altar mientras la acompañan con música y fuegos artificiales.
Una forma de honrar, celebrar y mostrar los colores del pueblo en cada rincón del mismo.
Además, las fiestas tienen una duración de varios días, donde la celebración se siente en cada parte de Huamantla.
Un espectáculo que necesitas vivir, al menos, una vez en la vida.
Pátzcuaro, Michoacán
A menos de cinco horas en carro del Ángel de la Independencia en CDMX se encuentra Pátzcuaro Michoacán, un lugar idóneo para recorrer en bicicleta que ofrece un sinfín de matices que te harán vivir una experiencia inolvidable.
Tu recorrido en bicicleta puede empezar por la Plaza Vasco de Quiroga o Plaza Grande que, a diferencia de otras plazas, ésta tiene una ausencia de edificios religiosos que la hacen única.
A su alrededor encontrarás casonas sublimes construidas en la época colonial, fuentes, jardines y, los domingos no puedes perderte la exposición de obras de artistas de Pátzcuaro.
Siguiendo con tu camino, a sólo tres minutos de la Plaza Grande encontrarás La Casa de los Once Patios; construida en 1742 y habitada años después por las monjas dominicas; ahora es un espacio donde encontrarás una gran oferta de artesanías regionales.
Es más -y porque su nombre lo dice- los once patios son rincones exquisitos donde podrás sentirte parte de la época colonial.
A 50 minutos de la Casa de los Once Patios se encuentra la zona arqueológica Ihuatzio, la única cabecera purhépecha donde se han encontrado esculturas monumentales.
150 hectáreas. 84 descubrimientos arqueológicos y 7 de ellos expuestos al público, hacen de esta zona algo imperdible en Pátzcuaro.
Para saciar tu antojo
De vuelta al centro del pueblo, dale gusto a tu paladar. Casa del Naranjo es un restaurante que complementa tu visita de una manera deliciosa y acogedora.
Aquí disfruta de comida regional como la sopa tarasca, las corundas y, por supuesto, los panecillos de palacio acompañados con una copa de vino brindan esa experiencia propia de Pátzcuaro Michoacán.
Real del Monte, Hidalgo
Un destino pintoresco que cuenta la historia minera de la región. Es una ciudad montañosa que ofrece vistas espectaculares desde cualquier ángulo; sin embargo, es necesario que te prepares bien y que tu condición física sea óptima.
Conocer Real del Monte en bicicleta es un reto, pero vale la pena cada metro recorrido.
A 1.1 km del centro del pueblo -tres minutos en bicicleta aproximadamente- se encuentra el Museo de Sitio Mina de Acosta, un espacio dedicado a la historia de la minería donde podrás conocer una mina de plata y aprender más sobre el trabajo de los mineros.
Si quieres conocer más sobre la historia e interpretación de la minería, entonces avanza durante 12 minutos más para llegar a Museo de Sitio y Centro de Interpretación Mina La Dificultad.
Después de recorrer los museos de minería, es momento de subir de nuevo a la bicicleta y pedalear por 12 minutos más para llegar al Panteón Inglés o Cementerio Británico de Mineral del Monte.
Este panteón con impresionantes obras de arte, fungen como monumentos funerarios y que, si buscas a la persona indicada, podrás conocer más sobre la historia de las mismas.
Aquí yacen los restos de quien, en su momento, era el “payaso” de Porfirio Díaz, Richard Bell. Un lugar místico en medio del bosque que se convierte en una visita imperdible en el pueblo.
A consentir al paladar
Para degustar platillos con buen sabor, en Real del Monte encontrarás un restaurante llamado La Casona Real. A tan sólo nueve minutos en bici desde el panteón podrás sentarte, descansar y gozar de una gran variedad de platillos regionales tradicionales.
No puedes perderte la oportunidad de comer las famosas enchiladas mineras y el mixiote de carnero.
Emprender un viaje en bicicleta no es una decisión sencilla, pero es una excelente forma de conocer los pueblos de México desde otro ángulo. Aprovecha el tiempo y vive la aventura.