Sabemos que la Ciudad de México lo tiene todo, pero ¿alguna vez imaginaste que también tuviera un volcán extinto? Considerado así por no presentar actividad volcánica en más de 15 mil años, éste se convirtió en un lugar ideal para practicar senderismo.
Milpa Alta es el hogar del volcán Teuhtli, que permanece como una montaña entre los cerros de la ciudad, que tiene árboles frondosos en sus faldas y milpas que marcan la línea del tiempo en que lleva dormido.
Es aquí donde los amantes de la naturaleza llegan para conocer a pie y con vista panorámica, otro ángulo de la ciudad más grande del país.
Marcando una ruta
Debido a su ubicación colindante con tres alcaldías de la CDMX -Iztapalapa, Xochimilco y Milpa Alta-, es necesario cruzar por, al menos, dos de ellas para llegar al volcán Teuhtli.
El recorrido inicia en Tulyehualco, donde se encuentran los campos de nopal y maíz más grandes de la capital; allí puedes dejar el automóvil y comenzar a recorrer los senderos, una ruta de dos horas aproximadamente para llegar a la cima.
Entre campos de amaranto y tenecholes -montículos de piedra que los habitantes de la zona han construido a lo largo de los años para marcar sus tierras, limpiarlas y después sembrar en ellas-, el camino te enseña una manera nueva de reconectar con la naturaleza sin salir de la ciudad.
A lo lejos y, si el clima lo permite, podrás ver a los dos volcanes más queridos de la región: el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl.
Antes de llegar a la cima -a 2700 metros de altura sobre el nivel del mar- será posible observar las lagunas que abastecían de agua a la capital mexicana y alrededores, como las Lagunas de Xico, responsables de suministrar agua también a Chalco.
El ascenso
Una hora de caminata después de haber dejado el auto, llegas al lugar que te llevará directo al cráter del Teuhtli, el camino pavimentado se termina y comienza la terracería.
Como habrás de sospechar, existen varias rutas que puedes escoger, dependiendo del tipo de experiencia que busques y tu nivel de resistencia. Una de las más populares es conocida como “El Arenal”, ya que aquí tus pies se hunden en la tierra y el camino se vuelve un poco más resbaladizo, -nada que un poco de control y fuerza de piernas no pueda lograr-.
En el Teuhtli la cima no es la meta, pues una vez allí apenas estás a mitad de la aventura: lo que sigue es hacer un descenso hacia el centro del volcán. Estando en este punto los únicos colores a tu alrededor serán el verde brillante de las plantas que se apoderaron del Teuthli y la vista de un cielo azul impoluto. Media hora después estarás listo para volver al sendero y bajar a la ciudad.
Más allá del volcán
Aunque puedes hacer el recorrido por tu cuenta, ir con guías puede hacer de la experiencia algo mucho más rico, en particular si eres de los que quiere saber con precisión qué es lo que estás viendo (ya sea en fauna como en flora), conocer más sobre la vida en la zona y hasta las historias del mundo prehispánico, como la leyenda que existe sobre el volcán.
Azteca Travel Tours es una agencia de viajes que contempla el recorrido hacia el volcán Teuhtli, mientras que Ome Turismo te lleva a las cuevas que se encuentran alrededor de éste.
Las cuevas son, definitivamente, dignas de otro itinerario. Éstas se formaron gracias a la lava que el volcán expulsó hace más de 10 mil años y que ahora son tubos lávicos donde puedes caminar. Acceder a ellas, de acuerdo con los habitantes de la región, significa entrar al vientre de la madre Tierra.