Ésta es una guía para responder algunas preguntas que quizá nunca te hayas hecho. Un manual para lo cotidiano. Porque sobre lo asombroso y lo fuera de lo común ya se ha dicho suficiente, pero no cualquiera podría reconocer lo que tiene ante sí. Es una herramienta para ampliar el rango de visión urbano que, corto y selectivo, ignora el universo que crece a su alrededor.
Aquí se incluyen algunas de las plantas que vemos a diario, que siempre han estado ahí, pero que nunca hemos tenido la suficiente curiosidad para nombrar. No necesariamente las más espectaculares, sino las que dan sombra en la banqueta y salen de las jardineras. Las que crecen, imprevistas y contra todo pronóstico, en el concreto más rígido.
Seguramente reconocerás varios de estos árboles y flores. Después de todo, la mayoría ha habitado la ciudad por mucho más tiempo que su residente más longevo. Pero, ¿cuántas podrías identificar? ¿Sabrías dónde las has visto antes?
Entre tantos edificios y ejes viales, parecería como si la naturaleza de Ciudad de México se hubiera convertido en un mundo secreto, en un vago recuerdo que no podemos poner en palabras. Aquí intentamos acercarnos de nuevo, en un recorrido por plantas que no son precisamente memorables, pero que se han enraizado en lo más profundo del imaginario de la ciudad.
De banqueta
De forma casi involuntaria, las banquetas de Ciudad de México se han poblado con algunas de las más extraordinarias especies en la región. No sólo por sus formas y colores, sino por su capacidad para resistir las condiciones más adversas. Nos cruzamos con ellas todos los días, pero normalmente no nos detenemos a contemplarlas o a imaginar qué implica su presencia.
Cazahuate
Ipomoea arborescens
Familia: Convolvulaceae
Se encuentra en: Glorieta de los Insurgentes, jardineras de Lecumberri, banquetas de la uam
Como casi cualquier árbol que se haya sembrado en Ciudad de México, la proliferación del cazahuate ha sido más o menos accidental. Alguien lo trajo de alguno de los estados de México donde crece naturalmente para ornamentación, por el detalle de su flores blancas, y fue una unión perfecta. Ganó popularidad por su facilidad de conservación y resiliencia frente al ambiente. La mejor prueba de ello es su supervivencia en los lugares más improbables, como en el centro de la Glorieta de los Insurgentes.
Palma canaria
Phoenix canariensis
Familia: Arecaceae
Se encuentra en: Diagonal de San Antonio, Jardín Balbuena, Glorieta de Reforma†, Av. Nuevo León
¿Cuándo se nos empezó a hacer normal ver palmeras en Ciudad de México? Porque, si lo pensamos bien, es lo menos normal del mundo e incluso parece que podríamos ser la última generación en disfrutarlas. Durante mucho tiempo, y hasta que fuera víctima de una plaga, uno de los árboles más ilustres de la ciudad fue la famosa palmera de Reforma. Esa plaga arrasó con cerca de 75% de la población total que había en la ciudad. La palmera de banqueta en realidad es un tipo específico que puede tolerar condiciones relativamente complejas, desde sequías hasta inundaciones, y por eso había perdurado, hasta ahora. Hay varias teorías sobre su introducción a nuestro ecosistema. Algunos dicen que Miguel Alemán quiso replicar el landscape de Beverly Hills; también se sabe que Haile Selassie, antiguo emperador de Etiopía, regaló varios ejemplares a la ciudad, los cuales terminaron en algunas avenidas de la Narvarte, como Diagonal de San Antonio y Doctor Vértiz.
Trueno
Ligustrum lucidum
Familia: Oleaceae
Se encuentra en: banquetas de la Anzures, Del Valle y Clavería, camellones de Av. San Fernando
Éste quizá sea el árbol con el cual más convivimos en Ciudad de México, pero suele pasar desapercibido. Tal vez porque el brote de sus pequeñas flores blancas, unos racimos que crecen en primavera, coincide con el de la gran favorita de todos: la jacaranda. Pero, en realidad son casi omnipresentes. De hecho, son los responsables de soltar el polvo amarrillo que durante cierta época del año cubre todas las calles y los autos, causando alergias. Empezaron a sembrarse a principios del siglo XX, como una manera de alinear las calles en las nuevas colonias capitalinas, y es una de las pocas especies que podría tolerar tanto tiempo este ambiente tan adverso: son resistentes a la contaminación, el viento, malos suelos, así como sequías, inundaciones y plagas.
De jardín
Estos árboles y plantas son algunos de los más comunes y, tal vez por lo mismo, los menos apreciados en la ciudad. Han ido conquistando jardines, parques y jardineras sin que nadie les preste mucha atención y ahora están por todos lados. Los recordamos, vivimos entre ellos, pero su nombre se nos escapa y quedan anónimos.
Cabeza de chivo
Dryopteris wallichiana
Familia: Dryopteridaceae
Se encuentra en: jardines
De entre todos los tipos de helechos, éste es el favorito del jardín capitalino. Es una de esas plantas que se explican por su nombre y, en este caso tan particular, refiere a la forma de sus tallos enroscados, como los cuernos de un chivo, antes de abrir y de que crezcan las características hojas tripinnadas de los helechos.
Ciprés
Cupressus sempervirens
Familia: Cupressaceae
Se encuentra en: zonas residenciales y suburbios
Altos y simétricos, estos árboles europeos se han convertido en parte de la estética básica de las zonas residenciales en Ciudad de México. Su crecimiento equilibrado, hacia arriba y no a los lados, corresponde con el orden impuesto en suburbios y condominios cerrados. Es común encontrar varios ejemplares sembrados en hilera, de manera que se favorece este efecto.
Ficus
Ficus benjamina
Familia: Moraceae
Se encuentra en: patios delanteros e interiores
Aunque, en realidad, los ficus son toda una familia que engloba más de 900 diferentes tipos de árboles, la ciudad usa este término para referirse a un ejemplar en específico, de los más socorridos para la ornamentación de sus jardines y patios delanteros. Tuvieron un boom en la decoración durante los ochenta y desde entonces también empezó la extraña costumbre de regalar un ficus de interiores a quien salía de su casa para vivir por cuenta propia. Si das con un árbol de formas extravagantes, podado en cubos, medios círculos o casitas, probablemente también se trate de esta especie. Con sus formas controladas y podadas, son comunes en zonas residenciales, pero algunos de mayor tamaño (pueden alcanzar 30 metros de altura) crecen con libertad en parques.
De colores
Hay quien podría pensar que estas plantas sólo existen en su versión colorida, durante meses específicos. Sin embargo, no es que desaparezcan después de su temporada, sino que simplemente salen de nuestro rango de visión.
Bugambilia
Bougainvillea
Familia: Nyctaginaceae
Se encuentra en: las paredes de casas en Coyoacán, Parque México
Vienen en tantas y tan diversas formas como recuerdos hay de ellas. Como arbustos pequeños o grandes árboles, bejucos y enredaderas. Las hay naranjas, blancas, fucsias, púrpuras y en tonos intermedios. Sus flores brotan durante las épocas más lluviosas, por lo que son las responsables de que el verano de Ciudad de México se pinte de morado.
Colorín
Erythrina coralloides
Familia: Fabaceae
Se encuentra en: islas de cu, afuera de la Biblioteca Vasconcelos
El conflicto de personalidad del colorín, árbol de diversos encantos que varían con cada temporada, es uno de los más notorios en todo el arbolado de Ciudad de México. Pero, justamente, siempre tiene algo interesante entre sus ramas, lo que lo ha vuelto un ícono incluso más allá de los ñoños y especialistas. Su época de esplendor es durante la primavera, cuando florece y de sus ramas brotan unas espigas rojas que parecen pequeños fuegos contenidos. Estas flores tan particulares, que le dan nombre al árbol, además son comestibles y usualmente se cocinan con huevo o se preparan como tisanas para el buen dormir. Meses después, el colorín pasa por una etapa de vainas que crecen al final de las ramas y contienen unos frijoles rojos a los que la ciudad ha dotado de facultades mágicas, pero que en realidad son peligrosamente tóxicos. Incluso cuando se queda sin hojas, durante su época más complicada, no deja de ser sorprendente por el trazo de un esqueleto que se tuerce en ángulos imposibles.
Jacaranda
Jacaranda mimosifolia
Familia: Bignoniaceae
Se encuentra en: Alameda Central, Parque México
No hay razón para describir lo que todo el mundo conoce, lo que la ciudad entera espera todos los años y que últimamente se ha convertido en una obsesión general. Si no, las fotos en Instagram deberían ser registro suficiente. A pesar de que quizá sea el árbol más popular entre los capitalinos, la jacaranda no es una especie nativa y, de hecho, fue introducida como sustituto del cerezo con el que se quiso colorear las calles a mediados del siglo XX. Los Matsumoto, una familia de jardineros japoneses contratados por el gobierno mexicano, pronosticaron el fracaso de la misión y en su lugar propusieron una planta que conocían de sus viajes por Sudamérica y que florecía con colores durante la primavera, al igual que el cerezo.
Palo loco
Pittocaulon praecox
Familia: Asteraceae
Se encuentra en: el Pedregal
Otra planta que se explica en su nombre. O, más bien, que explica su peculiar florecimiento. Se trata de un arbusto endémico del centro de México que cambia radicalmente su aspecto dependiendo de la temporada y el clima, de ahí el nombre. A diferencia de la mayoría de las plantas, que florecen en primavera, del palo loco brotan unas flores amarillas durante los días más fríos del invierno. Crece entre grandes matorrales en el sur de la ciudad, donde sus raíces pueden adherirse a la roca volcánica.
Pino de oro
Grevillea robusta
Familia: Proteaceae
Se encuentra en: alrededores del Estadio Olímpico, Alameda Central, camellón de Av. Chapultepec
No es un pino ni es dorado, y aunque también se le conoce como roble australiano, tampoco es un roble, pero sí es nativo de las costas australianas. En Ciudad de México pasa desapercibido la mayor parte del año, porque su forma común en realidad no es muy diferente de la de otros árboles. De hecho, incluso cuando florece en primavera, tampoco es demasiado vistoso. Sus flores amarillas se reservan a ciertas puntas, mezclándose entre el follaje verde y haciéndolas parecer como ramas secas que sólo los más atentos observadores pueden apreciar por su verdadera forma.
De gran tamaño
Como en la ciudad caminamos con la mirada hacia abajo, viendo por dónde pisamos para evitar deslices y llegar más rápido adonde vamos, estos árboles se nos escapan. Sin embargo, nos dan sombra y de vez en cuando tiran sus hojas o quiebran las banquetas con sus enormes raíces para hacer notar su presencia.
Ahuehuete
Taxodium mucronatum
Familia: Cupressaceae
Se encuentra en: Chapultepec, Río Magdalena, Popotla, Tabacalera
El ahuehuete es el árbol nacional y las calles de Ciudad de México lo reconocen. Se construyen parques a sus alrededores, se bardean o se cercan. Los hay con importancia histórica, como el de la Noche Triste, o con la eminencia de El Sargento, en Chapultepec, uno de los más antiguos del país, supuestamente sembrado por órdenes de Moctezuma. Aun cuando no están respaldados por su historia, imponen por su tamaño, por la forma en que su tronco se va haciendo varios y por la caída de sus ramas, como si fueran largas matas de pelo sin remedio contra la gravedad y el viento.
Fresno
Fraxinus
Familia: Oleaceae
Se encuentra en: Francisco Sosa, Viaducto Miguel Alemán
Si cerramos los ojos y pensamos en un árbol, cualquier árbol, es muy probable que lo que nos cruce la mente sea un fresno. No sólo por su intensa presencia en Ciudad de México, sino por sus características tan representadas por la cultura occidental. No es demasiado difícil reconocerlos, pero hay que saber lo que debemos buscar. Las hojas alargadas y puntiagudas son un primer indicio, pero ni siquiera habría que alzar la vista para ubicarlos por sus raíces, que crecen y rompen las banquetas, o el desorden que dejan en el piso durante el otoño, cuando tiran sus características sámaras.
Pirul
Schinus molle
Familia:Anacardiaceae
Se encuentra en: San Ángel
Muchos podrían jurar que siempre ha estado aquí, pero en realidad no es un árbol endémico de la región, sino que, como lo explica una deformación de su nombre, llegó de Perú durante la época de la Colonia. Desde luego, ha pasado tanto tiempo y está tan arraigado en el imaginario colectivo que ahora es una parte inamovible en el panorama de Ciudad de México. Su tronco es anudado y resinoso, y sus largas ramas son de las más grandes que hay en el arbolado, perfectas para que varias generaciones de niños las escalaran y jugaran en sus alturas. Producen unas pequeñísimas drupas rojizas que se secan y caen al suelo. Con ellas se puede hacer atole y hay otras partes del árbol que tienen varias cualidades curativas.
De formas raras
Estas plantas se han ido sembrando con el único propósito de recordarnos la esencial surreal de la ciudad. Sus formas imposibles parecen sacadas de un sueño y sólo podrían encontrarse en la naturaleza. El transeúnte con suerte que nota su presencia tendría que detenerse a preguntarse sobre ellas.
Escobillón rojo
Callistemon citrinus
Familia: Myrtaceae
Se encuentra en: jardines
También conocido como árbol de cepillo, recibe sus nombres por un particular florecimiento: unos estambres rojos y espigados con forma de cepillo. Pueden darse en forma de arbusto o crecer en pequeños árboles de hasta 10 metros de altura.
Floripondio
Brugmansia arborea
Familia: Solanaceae
Se encuentra en: jardines
Quizá hayas escuchado hablar del famoso té de floripondio, que supuestamente tiene facultades alucinógenas, pero que en realidad libera una toxina muy peligrosa. Lo cierto es que la forma de la flor, por sí sola, ya es un espectáculo que no necesita estímulos exteriores. Crece en un arbusto que no es bastante fuerte como para soportar todo su peso y entonces acaba cediendo para quedar colgando al revés y parecer un vestido de novia.
Trompetilla
Bouvardia ternifolia
Familia: Rubiaceae
Se encuentra en: Av. Tamaulipas, cerro del Chiquihuite, Ajusco
Esta peculiar flor, que desde luego tiene forma de una pequeña trompeta, crece en medio de grandes y desordenados arbustos durante las temporadas más secas. Prolifera incluso en zonas áridas pero silvestres, aunque no es poco común verlas en camellones o parques de la ciudad.