Ubicado al norte del estado de Guanajuato, San Miguel de Allende es uno de los destinos más hermosos de México. Su riqueza cultural, histórica y gastronómica, además de la calidez de su gente y su gran oferta hotelera, hace de este lugar un favorito de los viajeros nacionales e internacionales. Su relevancia a escala mundial es tal que en 2008 San Miguel de Allende y el Santuario de Jesús de Nazareno, en Atotonilco, fueron nombrados Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.

En San Miguel de Allende se come mucho y muy bien. Lo mejor, su oferta incluye opciones para todos los gustos y presupuestos, desde las terrazas para tomar un trago hasta los restaurantes premiados, ideales para una comida especial. Basta pasear por sus pintorescas calles para encontrar una infinidad de propuestas gastronómicas de todos los estilos. Hay cocina mexicana, por supuesto, pero también italiana, francesa, japonesa y criolla-cajún (por mencionar algunas), a cargo de reconocidos chefs de todas partes del mundo.

Otro de los atractivos principales de San Miguel de Allende es su espíritu festivo. En este destino se viven con fervor las tradiciones y celebraciones populares, además de importantes festivales culturales y gastronómicos todo el año. Destacan la fiesta del Santo Patrono San Miguel Arcángel, el Día de Muertos y las Fiestas Patrias.

Sin importar la época del año, no hay que dejar de visitar el Museo Casa de Ignacio Allende, el Centro Cultural Ignacio Ramírez “El Nigromante”, el Teatro Ángela Peralta, el Mercado de Artesanías y, por supuesto, el Jardín principal y la Parroquia de San Miguel Arcángel, una de las iglesias más icónicas y fotografiadas de México.

Por si fuera poco, San Miguel de Allende es un importante destino de bienestar. Ya sea en sus balnearios naturales de agua termal o en los spas de sus hoteles de lujo, aquí los viajeros logran encontrar un estado de relajación como en ningún otro lado.