Un buen punto para empezar es el Café Pennsylvania, un pequeño local frente al Parque Alfonso Esparza Oteo (ése es su nombre oficial, pero mucha gente lo conoce simplemente como el parque de la Nápoles). Ahí podrás encontrar una gran variedad de cafés, tés y delicioso pan recién horneado: el strudel de manzana calientito es una excelente manera de arrancar el día. El lugar es muy ameno para los que van en grupo, pero si vas solo y tienes trabajo pendiente o quieres sentarte a leer también estás en el lugar ideal. Por cierto, ¡los perros son bienvenidos!
¿Qué tal una caminata por el parque después de desayunar? Si vas con tu perro, seguro hará amigos entre todos los chuchos que pasean por ahí. También puedes usar las canchas para practicar tus tiros de básquet o recorrer el circuito en bici o en patines. Si vas con niños, no te pierdas la gran área de juegos que hay para ellos.
Después un rato en el parque, es buena idea darse una vuelta por el tianguis de que se pone los domingos en Filadelfia y Nueva York. Hay de todo para comer y chacharear: mixiotes, barbacoa, nieves, mariscos, ropa, dulces, maquillaje, utensilios para cocina y un largo etcétera. Hay horarios en los que se llena mucho, así que ve armado de paciencia si te desesperan las multitudes.
Otra excelente opción para comer es Mesa Nápoles, un mercado gastronómico inaugurado hace pocos meses en el que puedes satisfacer cualquier antojo (¡tiene más de veinte locales!): torta de pollo rostizado en Corazón de Pollo, burritos de sushi en Umami Burrito, hamburguesa con chorizo en Neipols, paella en El Castellón, toritos rellenos en El Camarón Ahogado, falafel y hummus en Arbanus, paleta helada de coco con dulce de leche en Bendita Paleta o, para la tardes calurosas de verano, un café helado en Rompeolas. El lugar no es muy grande, pero casi siempre hay lugar en las mesas comunales o en la terraza del primer piso.
Para bajar la comida, una caminata por el barrio. ¿Sabías que, junto con la colonia del Valle, la Nápoles empezó a urbanizarse alrededor de 1908? El estilo que se usó para las primeras construcciones fue el colonial californiano, caracterizado por fachadas de cantera labrada y hierro forjado. Hoy quedan pocos ejemplos de esas casonas en buenas condiciones, para encontrarlos basta con perderse caminando por las calles del barrio. Aprovechando la vuelta, visita el Polyforum Cultural Siqueiros y su famoso mural “La marcha de la humanidad”, obra emblemática del muralismo social mexicano.
Para recargar pilas y hacer un poco de hambre antes de ir a cenar, siéntate a tomar un café en alguna de las dos sucursales del Guapo Café, que ofrece varios métodos de extracción y tipos de grano. Si quieres algo más dulce, lánzate al Chiandoni, una heladería fundada en 1939 por Pietro Chiandoni. Tienen más de treinta sabores estilo italiano y varias especialidades que, junto con la decoración y el ambiente, te harán transportarte en el tiempo.
Para cenar, uno de los favoritos de la colonia es el Nagaoka. Dividido en pequeños salones, este restaurante japonés es uno de los mejores y más tradicionales de la ciudad (como prueba basta la gran cantidad de japonenses que frecuenta el lugar). Si no sabes qué pedir, apuéstale al Wateishoku, un menú completo que seguro te deja satisfecho. Al terminar, un sake calientito te hará cerrar el día con broche de oro.
1. Café Pennsylvania, Pennsylvania 163, Nápoles, T. 55 1849 5854, Facebook: cafepennsylvania
2. Mesa Nápoles, Kansas 38, Nápoles, mesafoodhall.com
3. Polyforum Cultural Siqueiros, Insurgentes Sur 701, Nápoles, T. 55364520, polyforumsiqueiros.com.mx
4. Guapo Café, Georgia 42 y San Antonio 79, Nápoles, T. 66507144, Facebook: GuapoCafeDF
5. Chiandoni, Pennsylvania 255, Nápoles, T. 55238379, chiandoni.com
6. Nagaoka, Arkansas 38, Nápoles, T. 55439530, nagaoka.com.mx