Imaginar un mundo diferente ha sido la obsesión de una multitud de creadores a los largo del tiempo. Y así como en Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll, los lectores pueden contemplar madrigueras kilométricas o escuchar a un conejo hablar del tiempo, en la vida real se pueden ver montañas de colores que parecen sacadas del inconsciente de alguien o del libro de una autor muy audaz.
La montaña de los siete colores
También conocida como Vinicunca, este sitio forma parte de la Cordillera del Vilcanota, que es parte de los Andes peruanos. Se trata de una colina árida, llena de pendientes pronunciadas ,que desafín de una manera genial el mismo concepto de la palabra “desierto”. Como se puede observar en la imagen, el horizonte de esta parte del planeta está plagado de colores vistosos y extraños que escurren por las laderas, como si miles de botes de pintura se hubieran vaciado desde la cumbre.
Esta paleta (parecida a un arcoíris) no es casualidad, de hecho se debe enteramente a los diferentes componentes minerales del suelo. Por ejemplo, los tonos verdosos implican la presencia de hierro, magnesio y óxido de cobre; los amarillos resaltan el azufre, los blancos están formados por arena de cuarzo y roca caliza, y los rojos se componen de arcilla y argilitas (rocas de mica y cuarzo).
Con 5.200 metros sobre el nivel del mar, este destino es uno de los favoritos de los amantes del alpinismo. Pasar por la cumbre de la Montaña Arcoíris es una parada obligada en una excursión hacia el Nevado Ausangate; un cerro sagrado para la cultura cusqueña. Pero además de ser la sede para todo tipo de deportistas, los entusiastas de la cultura también pueden hacer un pequeño viaje sólo para conocer el monte y ver cuál es el estilo de vida de las alturas andinas, contemplar las cabañas de chimeneas humeantes, las manadas de alpacas y experimentar las bajas temperaturas del lugar.
Sea cual sea el objetivo de la excursión hay que decir que la forma más fácil de alcanzar la montaña es partiendo de Pampachiri, un poblado ubicado a 100 km al sur de Cusco.
La versión china de la cordillera
Vinicunca no es un sitio único en el mundo. Al norte de China, el Parque Geológico Nacional Zhangye Danxia ofrece una vista panorámica a cientos de rayas de cromáticas en las rocas. Más que líneas armoniosas que se deslizan por pendientes, en estas montañas las figuras naturales están marcadas en trazos casi rectos. Estas formaciones pétreas se crearon hace millones de años.
¿Cómo se crea este paisaje casi marciano?
Hace 65 millones de años, los continentes del planeta seguían acomodándose. Donde antes habían mares y lagos, ahora hay tierra. En el caso de Vinicunca (cuando Sudamérica se unió a Norteamérica) y en el de Zhangye Danxia (cuando la India se adherió a Asia), la fuerza de la colisión fue tal que los suelos marinos convulsionaron y resultaron en montañas. Por esto, las líneas de colores corresponden a diferentes capas de sedimentos que se acomodaron en el suelo antes del choque.
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