En 1992, el diseñador italiano Gianni Versace –cuyo asesinato se explora en la segunda temporada de la serie American Crime Story, en Netflix–, adquirió el Amsterdam Palace, una propiedad en South Beach, Miami, tan exuberante como la moda de su comprador. Desde ese momento, Versace se convirtió en uno de los mayores ejemplos de lujo en la zona.
Aunque la ciudad ha cambiado drásticamente desde ese año, aún es posible vivirla al estilo Gianni. Estos son los lugares que habría que visitar:
The Villa Casa Casuarina
Tras una restauración valorada en 30 millones de dólares, el Amsterdam Palace se convirtió en Casa Casuarina, el lugar al que Versace llamó hogar en Miami. Este lugar tenía diez suites, diseñadas especialmente para sus amigos y familia. Hoy, el lugar es un hotel de lujo, cuyos precios van desde los 750 dólares por noche. El lugar resalta por su opulencia y por su alberca decorada con más de un millón de mosaicos, miles de ellos hechos de oro de 24 quilates.
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News Café
Este lugar está abierto todos los días y a toda hora, y fue un hotspot en los años 90. Cada mañana, Versace compraba el periódico en este café. Hoy, News Café es una excelente opción para el brunch y para disfrutar de la brisa de South Beach. Sin embargo, también resulta una buena opción para el happy hour, de 16:00 a 19:00 horas.
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Twist
Fundado en 1993, Twist sigue siendo uno de los antros gay imperdibles al visitar Miami. Para entrar aquí no se requiere pagar cover. Mika, Bill Hallquist –los DJ residentes– Pussila, Ebonee Excell y Adora –entertainers residentes– siempre se encargan de hacer de cada noche en Twist una visita inolvidable. Además, es común encontrarse con shows de grandes performers de la escena, como Jimmy James, Melissa Totten y Lady Bunny.
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The Warsaw Ballroom, ahora Señor Frogs
Conocido con este nombre desde 1989, el Warsaw Ballroom fue un antro gay, legendario por su decadencia y sus performances capaces de hacer sonrojar a la mente más perversa. Aquí, Versace ofreció algunas fiestas, con una lista de invitados repleta de celebridades y estrellas de la vida nocturna. Desafortunadamente, hoy este lugar es un Señor Frogs, por lo que no es una parada obligatoria. Sin embargo, nunca dejará de traer recuerdos a cualquiera que haya vivido la escena gay de los años 80 y 90.
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