Lo que antes era un barrio industrial en declive, ahora es uno en crecimiento, con familias y jóvenes profesionales que buscan un lugar interesante, con buena calidad de vida y muy bien conectado con el resto de Madrid.
El barrio de Legazpi, al sur del distrito Centro de Madrid, vive una época de renovación. Una renovación urbanística, gracias al desarrollo de Matadero Madrid, un centro cultural que incluye galerías, teatros, una cineteca y hasta una incubadora, en lo que antes era el matadero (o rastro) municipal. Una renovación ecológica con la apertura de Madrid Río, un parque lineal y proyecto de rewilding a lo largo del río Manzanares. Y con estos enormes proyectos como base, una renovación también social y gastronómica, que incluye nuevas viviendas, aperturas de cafés de especialidad, bares de cerveza artesanal y vino natural, y restaurantes con jóvenes al frente.
El corazón de Legazpi es la glorieta del mismo nombre, donde en realidad confluyen tres barrios (La Chopera, Delicias y el propio Legazpi). Del lado suroeste, hacia el río, están Matadero y Madrid Río. Al oriente está la zona llamada Los Metales, donde se han construido nuevos edificios residenciales y varios parques. Y al norte están las calles de Embajadores y Delicias, las dos vías comerciales principales que conectan con el centro de Madrid.
Parque Madrid Río
Saliendo de Matadero y en dirección al río entramos a Madrid Río, un parque de 120 hectáreas que, con sus más de 10 kilómetros de longitud, conecta Legazpi con barrios del centro, como Palacio y La Latina, hasta Casa de Campo, el parque más grande de Madrid (antigua finca donde cazaba el rey) en el oeste, formando una especie de pulmón verde a lo largo de la ciudad. El proyecto involucró enterrar la autopista M-30, que cortaba el acceso al rio, y restaurar la biodiversidad ecológica de la ribera, eliminando los canales y reintroduciendo plantas y animales endémicos.
Paseo de la Ermita del Santo 14, Madrid
DOT Café
Una cafetería con un diseño minimalista chic que sirve café de especialidad y comida casera, incluyendo la especialidad de la casa: bikinis o sándwiches tostados con queso y carnes frías. Prueba el de pastrami con un flat white y luego camina un poco (a dos locales de ahí) sobre la misma calle para visitar su tienda de cerámica, vinos naturales, café en grano y objetos de diseñadores locales.
Calle de Eugenio Sellés 6, Madrid
Bodega Salvaje
A dos cuadras de DOT Café está Bodega Salvaje, un bar de tapas y caña donde sirven cervezas artesanales que producen ahí mismo en la bodega. Tienen desde la clásica lager hasta IPA y bocks. Y para los días de clima templado hay mesas en la terraza en las que se disfrutan mejor las especialidades de la región de La Mancha, como una amber ale con un plato de quesos manchegos.
Calle de Jaime el Conquistador 25, Madrid
Éter
En una calle residencial a tres cuadras de la glorieta de Legazpi está Éter, un restaurante pequeñito con grandes ambiciones. Los hermanos Tofe abrieron sus puertas en plena pandemia y para 2022 ya tenía su primer sol en la guía Repsol. Sergio se encarga de la cocina –local y de temporada– y Mario del vino –de baja intervención–. Cuenta únicamente con menú de degustación que cambia constantemente. Al visitarlo, me tocaron platillos como betabel con caviar, anguila con salsa de miso y callos con alcachofa. Hay que reservar con tiempo porque sólo tiene cinco mesas.
Calle del Granito 20, Madrid
Bar Toboggan
A un par de cuadras del Palacio de Cristal de la Arganzuela, en la Plaza de Rutilio Gacis, este bar se anuncia a los transeúntes y curiosos de Legazpi con brillantes luces y buen ambiente. Además de su atmósfera relajada, perfecta para echar cañas, este local se ha convertido en uno de los favoritos del barrio por servir platillos españoles más tradicionales, como su tortilla de patata o sus croquetas de jamón, que conviven con opciones universales, como unos tacos de cochinita o hummus con crudités.
Pl. de Rutilio Gaci, 2, 28045 Madrid
Matadero Madrid
Tiene más de 40,000 metros cuadrados de espacios culturales y artísticos distribuidos entre grandes pabellones y naves restauradas. Siempre hay algo interesante, desde un documental en la cineteca especializada en cine de no ficción o alguna obra en el Teatro Español hasta alguna exposición sobre diseño gráfico en la Central de Diseño. Además, su arquitectura neomudéjar, con fachadas adornadas con motivos geométricos de ladrillo y cerámica, es espectacular. Como la Tabakalera en San Sebastián y Fabra y Coats en Barcelona, Matadero fue una acertada apuesta del ayuntamiento para transformar una zona industrial de casi cinco hectáreas en desuso y convertirla en un referente de arte, cultura y ocio en todo Madrid.
Plaza de Legazpi 8