3 razones para esquiar en Chile
El terreno
Las superficies de las montañas esquiables de Chile no tienen árboles, y a mediados de temporada la altura de la nieve es tal que cubre todas las rocas, convirtiéndolas en pistas limpias y sin peligros.
La calidad
Los centros de esquí chilenos tienen una calidad de nieve perfecta, es como el polvo, y la inclinación de las laderas hace a sus pistas idóneas, debido a que la mayoría están ubicadas en las cimas de volcanes o montañas, cuya forma es cónica.
La diversidad
En la zona centro, los días casi siempre son soleados y la cercanía de la capital los hace irresistibles. Hacia el noroeste, Portillo, con las mejores pistas de Latinoamérica, tanto por su nieve como por el ángulo de sus pistas. Hacia el sur, Termas de Chillán es un paisaje como sacado de las Crónicas de Narnia, rodeado de un bosque de lingues en su parte baja.
Los 3 favoritos para el esquí
Valle Nevado
Dejé Santiago temprano en la mañana para dirigirme a Valle Nevado, aproximadamente a una hora en automóvil hacia la cordillera. En unos minutos ya estaba subiendo un camino angosto y lleno de desafiantes curvas, que me hacía sentir que llegaría al cielo. En la cima encontré algo no muy diferente a como debe ser el paraíso, el blanco me enceguecía y los nervios por ponerme esos trajes que parecen cósmicos hacían temblar mis rodillas. Sin darme cuenta ya estaba sentada con mi equipo galáctico en la silla elevadora, con los esquís colgando hacia el precipicio y subiendo 3 670 metros, hasta una de las cumbres más altas de este centro de esquí. Sol radiante y nieve en polvo, las condiciones perfectas para esquiar. Repentinamente, esas clases que alguna vez tuve regresaron a mi memoria, dándome la facilidad para el descenso y a la vez una felicidad tan especial que creo que sólo da este deporte.
Nos alojamos en uno de los tres hoteles de Valle Nevado, Puerta del Sol, ideal para familias. Muy cerca están el Hotel Tres Puntas, más orientado a grupos, donde normalmente se alojan los equipos de competición, y el Hotel Valle Nevado, más exclusivo y romántico. Me recomendaron cenar en uno de sus seis restaurantes: La Fourchette, que superó cualquier expectativa, en especial por su decoración elegante y su alta cocina francesa. Un pisco sour me dio la bienvenida y relajó mis tensos músculos, no muy acostumbrados a estas prácticas extremas. Luego me trajeron el magret de pato que terminó de despertar mis sentidos, mientras un Carménère reserva de la viña William Cole le puso el broche de oro a la cena. “No está permitido visitar el país del vino y no beberlo”, me dijo riendo la chef Alejandra Cruells.
En Valle Nevado funcionan 39 pistas, de las cuales 10% son para esquiadores principiantes, 36% para intermedios, 33% para avanzados y 21% para expertos. En este centro también es posible practicar el heli-ski, que consiste en que un helicóptero traslade a los más osados a 4 200 metros de altura para que puedan deslizarse por las laderas de nieve fuera de pista, esas que desde el cielo se puede apreciar y que nadie ha tocado.
Portillo
Luego de dos días de radiante sol en Valle Nevado, que sin duda alguna hace honor a su nombre, nos dirigimos a la segunda aventura: explorar el centro de esquí más antiguo de Chile: Portillo, ubicado en la cordillera de los Andes, a 164 kilómetros al norte de Santiago, a 2 860 metros de altitud y a menos de seis kilómetros del Paso Internacional Los Libertadores, en el límite con Argentina. Así como el vino, no beber pisco sour como aperitivo es imperdonable en Chile, por lo que de nuevo fue nuestro fiel anfitrión. “Éste es por parte de la casa”, nos dijo amablemente el sommelier del Hotel Portillo. Un cordero magallánico en el restaurante, de la mano del chef Rafael Figueroa, y otra vez unas suaves sábanas egipcias me dieron las buenas noches. Dos días estuve en este gran centro de esquí, uno de los cuales destiné para disfrutar del spa, pues para alguien que esquía de vez en cuando no es fácil adaptarse al ritmo de los expertos que cada mañana madrugan en Portillo para no dejar manto blanco sin sus marcas colonizadoras de nieves vírgenes.
Mientras tomaba chocolate caliente en el restaurante Tío Bob’s, enclavado en lo alto de la montaña, fue la vista de la sorprendente Laguna del Inca, de un color esmeralda brillante, la que me dejó sin palabras. Según una antigua leyenda, bajo sus aguas se encuentran los restos de la princesa Kora-llé, esposa del inca Illi Yupanqui. ¡Qué increíble cuán lejos llegó este imperio! Con más de 50 años de historia y un campeonato mundial de esquí en 1966, Portillo debe su fama a sus excelentes pistas y nieve en polvo, un desnivel que alcanza los 812 metros, 12 medios de elevación y 23 pistas.
Termas de Chillán
Una vez que visité el centro de esquí ubicado a mayor altura en Chile y luego el más antiguo, sólo me quedaba deslizarme por la pista más larga de Sudamérica, en Termas de Chillán, con un total de 13 kilómetros. El paisaje cambió drásticamente, un tupido bosque de lengas, coigües y robles nevados se dejaba ver a medida que nos acercábamos a la base de las pistas de esquí, donde nos esperaba el Gran Hotel Termas de Chillán, homónimo del sector donde se encuentra, a tan sólo una hora en avión desde Santiago y dos horas desde el aeropuerto más cercano, en Concepción.
Acá todo cambió, dejé de ver deportistas extremos y me encontré con familias completas aprendiendo a esquiar por amigables pistas rodeadas de árboles, blancas de tanta nieve. En Termas de Chillán, además del esquí, las actividades son infinitas. Canopy, arborismo, randonnée, motos de nieve y trineos tirados por perros alaskan malamute son algunas de los posibilidades.
Sin duda, Termas de Chillán tiene muy buenas pistas, sin embargo, la mayoría de sus visitantes prefieren disfrutar de la nieve pasivamente y descansar. Fue también un poco lo que yo hice, pero no podía perderme la oportunidad de relajarme en agua termal pura de la montaña. Bata blanca y a la alberca. Sentí un calor abrumador al sumergirme y comencé a buscar alguna ventanilla. Grande fue mi sorpresa cuando encontré una pequeña salida a una piscina exterior que no había visto: agua tibia, nieve alrededor y relajación absoluta. La vista era inigualable, la blanca cordillera me rodeaba, aquel bosque de lingues me observaba y ahí estaba yo, la nieve y el agua termal, impolutas y tranquilas. Una experiencia única.
Aunque olvidar este viaje sería difícil, Alejandro, mi anfitrión en Termas de Chillán, me regaló un pequeño librito del premio Nobel de Literatura chileno, Pablo Neruda, cuyo primer poema decía: “Oh Chile, largo pétalo de mar y vino y nieve”, una frase que jamás saldrá de mi memoria.
Termas de Chillán tiene 28 pistas de distintas dificultades. De ellas, la de Las Tres Marías, de 13 kilómetros, es la más larga de toda Sudamérica.
Dónde dormir
en portillo
Hotel Portillo
Centro de Ski Portillo,
Los Andes
T. +56 (2) 263 0606
Gran Hotel Termas de Chillán
T. +56 (2) 233 1313
(en Santiago)
T. +56 (42) 43 4200
(en Chillán)
en valle nevado
Hotel Puerta del Sol
Calle Camino A Farellones s/n, km 46, Valle Nevado, Lo Barnechea
T +56 (2) 477 7104
Hotel Valle Nevado
Calle Camino A Farellones s/n, km 46, Valle Nevado, Lo Barnechea
T +56 (2) 477 7107
Dónde comer
La Fourchette
En el Hotel Valle Nevado