Que es el Nobel de la arquitectura. Que lo comparten los más grandes arquitectos contemporáneos. El Pritzker es, sin duda, el premio que querría cualquier arquitecto. Pero el ganador del 2012, el chino Wang Shu, justamente, no es cualquier arquitecto. Ya el nombre de su firma lo dice todo, Amateur Architecture Studio, y es que para Wang el espíritu amateur de la arquitectura —espontánea, artesanal y con una fuerte herencia cultural— es la parte más importante. Al mismo tiempo, no sólo diseña, sino que conoce a fondo las técnicas tradicionales de la arquitectura china, gracias a lo cual los resultados son una mezcla particular entre lo moderno y lo clásico. Tal vez lo que distingue a este arquitecto es que, en lugar de mirar hacia Occidente, ha preferido apoyarse en su propia cultura, cuando muchos de sus colegas hacen lo opuesto.
¿Y cómo se ve y se siente la obra de Wang? Inquietantemente moderna y asiática, extrañamente fuerte e imponente, pero sencilla. Sin duda, cortada con otro molde. Todo, comenzando por los materiales (madera, concreto) hablan de otra manera de hacer arquitectura. Y sin duda eso es lo que notó el jurado del Pritzker.