California es el tercer estado más grande de Estados Unidos y el más poblado de todo el país, por eso haremos un recorrido por sus carreteras costeras, desde San Diego a Monterey; entre sus acantilados, playas y gente revolucionaria. Siempre bajo los rayos del sol y refrescados por la salada brisa del Pacífico.
San Diego
Ha vivido bajo la sombra de ser una ciudad fronteriza y la base naval más importante del país después del ataque a Pearl Harbor. Hoy, los sandieguinos abrazan la diversidad; desde la cultura tiki importada por los marinos al volver de las guerras del Pacífico en lugares como False Idol, un bar “speakeasy”; hasta la gastronomía mexicana en food trucks y los mejores restaurantes como The Hake. Sus 80 cervecerías artesanales concentradas —en gran medida— en North Park hablan de su amor por esta bebida mientras en sus acantilados de Torrey Pines los aventureros vuelan en parapente o practican kayak en las frías aguas del Pacífico.
Tip: Con seis restaurantes y bares bajo un mismo techo, Pendry Hotel es una gran opción para quienes desean hospedarse en el centro de la ciudad.
Los Ángeles
En LA. es posible disfrutar un paisaje, visitar una tienda retro llena de tesoros coleccionables de los ochenta, perderse una tarde recorriendo los largos pasillos del museo Getty o el Broad, tomar un rico coctel y pasar una noche de boliche, todo en un sólo día. El estilo de vida relajado y la diversidad en los barrios de la ciudad se nota más allá del centro y el distrito de las artes: Koreatown es una de las zonas más trendy; experimentar una noche de karaoke, hacer compras en la plaza coreana y probar el tradicional tofu son tan sólo algunas de las opciones en el área. La capital de la industria del entretenimiento es alocada y saludable al mismo tiempo, actividades como ir de excursión por las colinas de Hollywood dan la oportunidad de ir al Observatorio Griffith y maravillarse con sus vistas.
Tip: Originalmente construido en 1964, Line Hotel mezcla el concreto y el cristal para dar una experiencia urbana y algunas de las mejores vistas de la ciudad.
Santa Mónica
Santa Mónica combina el estilo clásico californiano con un aire sofisticado e innovador gracias a las nuevas generaciones de chefs, artistas y celebridades. Uno de los movimientos que nació en el lugar fue el de la comida orgánica, famoso en todo el estado; el mercado de agricultores es perfecto para deleitarse con los sabores frescos de frutas de temporada, carnes, quesos y más. La variedad de juegos mecánicos y de destreza en el icónico muelle de Santa Mónica, así como los paseos en Pacific Park, se distinguen por la rueda del Pacífico, una rueda de 13 pisos que brinda las mejores vistas panorámicas de la costa. El paseo en bicicleta por el camino al lado de la playa, hasta llegar a Venice Beach, está lleno de historia y de arte en sus muros y calles.
Tip: Para los más aventureros una gran opción es tomar una clase en Trapeze School New York, ideal para los que sueñan con lanzarse por los aires e intentar varios movimientos circenses.
Santa Bárbara
Es una localidad cosmopolita con muchas facetas. Por un lado, tiene la zona de playas, donde se localizan diversos hoteles de lujo, como el Four Seasons, que desde los años cincuenta tiene un club privado en el que se reúnen las familias adineradas de California; y por otro, el centro de la ciudad, que resguarda ejemplos de arquitectura colonial española, como El Presidio, una antigua base militar construida 1782, donde defendían el Segundo Distrito Militar de España en California. En Santa Bárbara también son famosos los salones de catas de vino, como Grassini, Margerum y Au Bon Climat, que trabajan con uvas cosechadas en la región y además están a unos pasos de la visita al Presidio.
Tip: Visitar Salt, un spa en el que trabajan con sal del Himalaya, la cual regula el agua del cuerpo, equilibra el azúcar de la sangre, reduce los signos de edad y fortalece los huesos.
Carmel by the Sea
Es un pueblito muy pacífico donde la mayoría de los habitantes se dedica al arte, y sus casas lucen como chalets suizos. La localidad entera mide un kilómetro cuadrado y tiene una hermosa playa de arena blanca. Gracias a los viñedos de la zona, las catas de vino son uno de los atractivos del lugar, entre las más famosas está la de Galante —propiedad de la familia fundadora de Carmel by the Sea—, y Silvestri —cuyo dueño, Alan Silvestri, es el compositor del soundtrack de filmes como Back to the Future y Forrest Gump—. A diez minutos está Point Lobos, una reserva natural a la que se va a bucear para ver ballenas, pulpos, leones marinos y nutrias. También acuden a hacer picnics y practicar senderismo, entre paisajes boscosos con vistas de acantilados a la orilla del mar.
Tip: Para dormir, hay que reservar en Hofsas House, un hotel boutique cuyo diseño te transportará a los Alpes suizos.
Monterey
Esta ciudad, el punto más al norte de la ruta, es un refugio de fin de semana para los californianos que buscan playas privadas para descansar. Pacific Hotel es una opción de hospedaje céntrico, a pocos pasos de Cannery Row (la zona con boutiques y joyerías de perlas recién recolectadas del mar), y Fisherman’s Wharf, el muelle con opciones gastronómicas, casi todas relacionadas con mariscos. Monterey también es el paraíso para quienes aman la pesca y el avistamiento de ballenas; hay habitantes que cuentan con su propio bote y zarpan cada mañana en busca de diferentes peces para preparar su cena. Aquí es posible ver distintos tipos de ballenas durante todo el año, como las azules, jorobadas, grises y enanas.
Tip: Visitar el acuario de Monterey Bay debería estar en los planes de todo viajero, ya que es el sexto más grande del mundo.