La línea de tren Yamanote es una de las más transitadas de Tokio: se calcula que unos cuatro millones de pasajeros la usan diariamente. Aquí decidimos convertirla en el medio de transporte ideal para descubrir la ciudad.
Tokio es una de esas ciudades que, de primera impresión, provoca pánico. El tamaño, el ruido, los estímulos, las multitudes. Para quien llega por primera vez, puede ser abrumadora. Durante mis visitas a Tokio he probado varias opciones para recorrer de manera más fácil la ciudad y, aunque la mejor es sin duda caminarla, la línea Yamanote me parece una accesible, divertida y sencilla, además de que permite ver mucho en poco tiempo.
Al tratarse de una línea periférica, el recorrido se puede iniciar en cualquier punto (elegí comenzar en la Estación Central porque me gusta empezar con un buen desayuno). Aunque menciono sólo uno o dos sitios específicos por parada, hay muchísimas cosas más para ver en cada una, por eso preparamos un mapa que pueden descargar al final del artículo para llevarlo consigo y explorar más a fondo.
JY01: Tokio
Antes de emprender esta aventura hay que recargar baterías. No es fácil encontrar este local, que se esconde en uno de los subsuelos de la Estación Central y se llama Rokurinsha. La clave es preguntar por ramen street. De preferencia, hay que llegar entre las 9:30 y las 10:00, cuando el local cierra por media hora y la fila disminuye. Aquí, la especialidad es el tsukamen, una versión de ramen en la cual los fideos se sirven secos y se dippean en un caldo concentrado. Por mucho, mis favoritos. Eso sí, un plato rinde para todo el día.
JY05: Ueno
Una vez a bordo del tren, la primera parada puede ser Ueno, uno de los parques principales de Tokio, hogar de los museos más importantes del país. De entre todos, mi favorito es el Museo de Arte Metropolitano, con exposiciones temporales –hasta agosto tienen una muestra de Matisse, en colaboración con el Pompidou– y hermosos espacios para disfrutar la arquitectura. Está también el Museo de Arte Occidental, en un edificio proyectado por Le Corbusier. Los que tengan tiempo de explorar más pueden seguir su camino hacia Yanaka, un barrio tradicional de casas pequeñas que parece salido de otro tiempo.
JY07: Nippori
En los alrededores de esta estación de Yamanote hay una joya que muy pocos viajeros visitan. Se trata de la casa-estudio del escultor Fumio Asakura, cuya obra estuvo fuertemente influenciada por Rodin en un inicio, pero cuyo trabajo no sólo exploró la figura humana, sino también los animales, en especial los gatos. La casa se encuentra en el barrio de Yanaka, una zona de casas pequeñas y calles estrechas que es muy agradable para caminar.
JY12: Otsuka
Éste es un barrio poco explorado por los turistas y que esconde un local pequeñito de onigiris, llamado Bongo, que es una verdadera delicia. El único problema es que siempre tiene fila. Vale la pena esperar y luego enfrentarse a la difícil tarea de elegir entre los 50 distintos rellenos disponibles. Otsuka es uno de los pocos barrios de Tokio que todavía tienen un tranvía en el que es posible viajar, así que puede ser una buena opción para después de la comida.
JY17: Shinjuku
No hay visita a Tokio completa sin asomarse al santuario Meiji, dedicado al emperador del mismo nombre. Finalizado en 1920, el santuario se perdió en su totalidad durante la Segunda Guerra Mundial y no fue sino hasta 1958 que volvió a abrir sus puertas. Además, recomendamos comprar un boleto para conocer los jardines, donde suele haber menos visitantes y puede disfrutarse al máximo la naturaleza.
JY20: Shibuya
Además del famoso cruce, y de los cientos de restaurantes y bares en los alrededores –nuestro favorito se llama Kikaya by the Sea–, Shibuya tiene un tesoro que muchas veces pasa desapercibido. Se encuentra dentro de la estación y es un gigantesco mural titulado El mito del mañana, de Taro Okamoto. La pintura, que representa la explosión de la bomba atómica, fue concebida por el artista para el Hotel de México, sin embargo, con la quiebra del proyecto, la pintura se perdió también y fue hallada 30 años más tarde. Hoy, ya restaurada, puede apreciarse en uno de los pasillos de la estación.
JY22: Meguro
El río que le da nombre a esta estación es famoso entre los locales porque ofrece un hermoso espectáculo durante la floración de los cerezos. La verdad es que en cualquier época del año es bonito caminar desde Meguro hasta Nakameguro, siguiendo el río. Muy cerca se encuentra el Tokyo Metropolitan Teien Art Museum, la antigua residencia del príncipe Asaka Yasuhiko, quien, después de haber estudiado en Francia y Estados Unidos, volvió a Japón enamorado del art déco y construyó su casa siguiendo esa influencia. Además de la exposición permanente, que contiene varias piezas de Lalique, el museo ofrece diversas exposiciones temporales.