Ignorados y hasta repudiados por la mayoría de las culturas del mundo. Desterrados en calles aledañas. Escondidos en la oscuridad y en lo subterráneo. No existe ciudad en la que los baños públicos estén pensados para destacar, mucho menos para ser la fuente de inspiración de grandes directores de cine, como Wim Wenders. Pero para esto, y muchas otras cosas, Tokio es la excepción.
Los arquitectos Toyo Ito y Fumihiko Maki, ambos ganadores del premio Pritzker, transformaron los baños del popular barrio de Shibuya en anomalías arquitectónicas donde convergen diseño y tecnología como parte del Tokyo Toilet Project. La iniciativa, impulsada por The Nippon Foundation, se centra en la renovación de 16 baños públicos en el corazón de Tokio, haciéndolos accesibles y seguros para cualquier usuario, sin importar edad, género o discapacidad.
Diseño al servicio de la accesibilidad
Más allá de un diseño atractivo, que no podía ser de otra manera en un barrio tan chic como Shibuya, los nuevos baños de Tokio brillan por su funcionalidad. Todos son gratuitos y accesibles en silla de ruedas. Algunos integran tecnología cero contacto, que hace todo el sentido, y otros tienen vidrios especiales para admirar el paisaje de la urbe japonesa, sin ser vistos desde afuera. Una experiencia contemplativa.
Es lógico que la cultura japonesa haya encontrado en estos pequeños edificios el potencial para obras maestras. Después de todo, ellos han perfeccionado el arte de sus mundialmente famosos baños, como la última extensión de una tradición de hospitalidad.
Los baños públicos de Tokio que sorprendieron a Wim Wenders
El director alemán Wim Wenders, quien piensa que el proyecto es algo “verdaderamente japonés”, quedó tan impresionado al ver algunos de los baños, que decidió contribuir a su manera y tomarlos como inspiración para su próxima película. La historia, que ya empezó a filmarse, seguirá a un trabajador de sanidad mientras retrata a sus verdaderos protagonistas: los nuevos baños de Tokio, estructuras que, en palabras de Wenders, son casi utópicas, por sus implicaciones sociales y artísticas.
Así, con ayuda de la Nippon Foundation y Wenders, Tokio busca cambiar el estigma de sus baños públicos, tan esenciales como despreciados, y reintegrarlos en la vida de su ciudad.
